El miércoles pasado, Eqraft presentó su nueva clasificadora óptica de cebollas en Hellevoetsluis, Países Bajos, que se pudo ver en acción poco después en las instalaciones del obtentor de semillas Jim Hoogzand, propietario de la primera de estas máquinas.
El lanzamiento de esta máquina renovada y mejorada coincide con la renovación de la marca y la fusión de ERC Machinery, Qreenno y Propak en la nueva compañía Eqraft. Rutger Keurhorst y Gerard van der Knijff, de Eqraft, inauguraron el acto explicando su decisión y los avances en el ámbito del clasificado óptico.
Después, Bas Pomstra, director de I+D de Eqraft, habló sobre cómo se ha mejorado la máquina para que necesite menos mantenimiento y sea más fácil de usar. Además, se le han añadido varias técnicas de visión nuevas para generar imágenes más nítidas con las que clasificar los productos según su calidad externa.
La clasificadora óptica de Eqraft clasifica las cebollas a gran velocidad y según su color, su forma, su peso y su calidad, tanto interna como externa. Durante este proceso, una cinta elevadora transporta las cebollas, que se seleccionan y se colocan en compartimentos individuales, donde el Blower Beam de Modesta elimina la piel suelta y la tierra. La empresa ha optado deliberadamente por utilizar estos compartimentos en lugar de unos rodillos, ya que así se pueden recopilar datos de los productos sin que estos se muevan ni se deterioren y, al ser compartimentos individuales, la máquina puede determinar los parámetros de cada cebolla para distribuirlas en cajas diferentes a través de sus seis salidas. Además, se han mejorado muchos detalles gracias a los comentarios de los clientes actuales de Longobardi, lo que, sumado a los años de experiencia que tiene Eqraft en la industria de las cebollas, ha contribuido a que la empresa pueda presentar una máquina robusta y fabricada en Países Bajos de la que está muy orgullosa.
Rolf van Beek, de Q.E.F., lleva décadas trabajando estrechamente con Eqraft para desarrollar y mejorar los sistemas de análisis de otras máquinas, como una peladora de cebollas completamente automática. Van Beek explica qué hace tan especial a esta nueva máquina en cuanto al análisis de datos.
"Gracias a un nuevo método de análisis de imágenes, además del excelente 'software' actual, se puede enseñar a una computadora no solo a reconocer una característica, sino también a entenderla. Es el mismo tipo de tecnología que utiliza un vehículo Tesla, por ejemplo, que puede aprender a reconocer y juzgar situaciones nuevas al cargar miles de situaciones de tráfico en su sistema. Gracias a esta técnica, la clasificadora óptica puede clasificar cebollas según su grado de deterioro, su forma y muchos más parámetros".
"Cada compañía quiere clasificar sus cebollas según características diferentes, y esta máquina se puede 'entrenar' para que haga lo que desea el cliente, ya que aprende a entender los productos", añade. Sin embargo, Van Beek reconoce que esta nueva capa de "software" todavía no funciona todo lo bien que les gustaría, sino aproximadamente al 90%. Hacen falta muchísimos datos para completar este proceso de aprendizaje y, por eso, animó a todos los asistentes a participar con sus productos a lo largo de varios meses para que el "software" pueda aprender a pasos agigantados, como ya ha hecho el "software" de reconocimiento de caligrafía que también han desarrollado y que es preciso en un 99,9% de los casos.
Después de la presentación, el público, formado por profesionales del sector de las frutas y las hortalizas, planteó algunas preguntas importantes: ¿La máquina funciona con cebollas rojas? ¿Es rentable para la industria? ¿Qué porcentaje de precisión tiene? Los miembros de Eqraft respondieron exhaustivamente a estas preguntas.
Según Pomstra, "hay que continuar desarrollando y 'enseñando' a la máquina, pero la verdad es que ya es más precisa y constante que los humanos", una afirmación que corrobora Kees Hoogzand, que añade que la tecnología no hará más que mejorar en los próximos meses. "El objetivo final es vaciar las salas de clasificado, y esta máquina es capaz de hacerlo posible".
HOZA, la planta de obtención de Jim Hoogzand, ya lleva unos meses utilizando la primera clasificadora óptica de Eqraft, que el público pudo contemplar al terminar la presentación. Después, hubo un descanso y la conversación continuó mientras los asistentes disfrutaban de pizza, cerveza y música pop. Rutger Keurhorst comenta: "En un principio, planeábamos hacer la presentación y la visita guiada para cinco o diez personas, pero hubo muchos más interesados y la sala se llenó de 60 personas, un 80% de los que había invitados, lo que demuestra que el sector está muy interesado en este tipo de avances".
¿Cuál será el siguiente paso? Eqraft ha iniciado un proceso participativo para continuar desarrollando su clasificadora óptica, que se ha convertido en una máquina hecha por procesadores y para ellos. En cuanto al análisis de imágenes, se ha avanzado muchísimo con capacidades de cálculos que hace dos años eran impensables, y ahora el desafío es conseguir un sistema de clasificado independiente en el que cada productor pueda añadir sus propios parámetros. Además, los participantes de este proyecto se reunirán cuatro veces al año, donde debatirán para seguir mejorando la máquina. En la próxima reunión, en abril, se compartirán los resultados del proceso de aprendizaje, que ya se está llevando a cabo, así como las diferencias con las técnicas de análisis actuales.
Eqraft y su clasificadora óptica estarán en la Fruit Logistica de Berlín (Alemania), del 8 al 10 de febrero.