Los científicos planean evaluar la regulación bioquímica y molecular de la acumulación de carotenoides en frutas de hueso como melocotones, albaricoques y ciruelas. Los carotenoides son moléculas que aportan a los melocotones sus llamativos colores amarillo y naranja. También son una fuente de vitamina A, contienen propiedades antioxidantes y se ha sugerido que reducen el riesgo de sufrir trastornos cardiovasculares y cánceres.
"Manipular el contenido de carotenoides permitirá mejorar el aspecto, el aroma, el sabor y el valor nutricional de la fruta", explica Gasic, obtentora de melocotones y profesora asociada de horticultura en la Facultad de Agricultura, Silvicultura y Ciencias de la Vida.
"El sabor y el aroma han sido descuidados en gran medida por los obtentores de melocotones, que, en su lugar, se han centrado en producir frutos más grandes que atraigan a los consumidores y generen más ingresos", afirma Gasic, quien también cuenta con un extenso programa de investigación focalizado en el desarrollo de variedades de melocotones resistentes a enfermedades".
El equipo de investigadores pretende cambiar este hecho y, aunque se puede mantener el gran tamaño de los melocotones, también quieren centrarse en la retención de nutrientes y sabores, que, según Gasic, se pierden con facilidad en los melocotones de gran tamaño si no se almacenan adecuadamente.
"Los melocotones hay que almacenarlos en cámaras frigoríficas tras la cosecha para conservar la calidad de la fruta", indica. "Después, los consumidores compran melocotones con un aspecto perfecto, se los llevan a casa y ya han perdido el sabor; en el caso de otras variedades, los melocotones están secos".
Gasic colaborará con Douglas Bielenberg, profesor asociado de ciencias biológicas, y con investigadores del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural israelí en este proyecto.
"En variedades concretas, estamos uniendo la química con la genética, por lo que la doctora Gasic y los obtentores de todo el mundo sabrán que variedades usar como progenitoras a la hora de hacer cruces", indica Bielenberg.
Fuente: newsstand.clemson.edu