Cada una de estas empresas tiene sus propios métodos para tomar muestras y analizarlas en el laboratorio, pero lo que todas tienen en común es que son multinacionales con sucursales en todo el mundo. "En primer lugar, las empresas introducen los datos de una muestra en el sistema", explica Bettina Hundt, de ChainPoint, la empresa encargada de desarrollar Fresh.Point. "Después, un laboratorio examina la muestra y sus técnicos introducen los resultados en el sistema, por lo que se sabe inmediatamente si se supera algún límite.
Captura del mapa que genera el programa (con datos que no son reales).
Estándares de los supermercados
Además de clarificar si un producto cumple los LMR legales, el laboratorio puede especificar si cumple otros requisitos que tengan los supermercados. "Puede que un lote cumpla los estándares reglamentarios, pero no los del supermercado", aclara Hundt, que añade que estos requisitos adicionales varían dependiendo de cada supermercado.
Dado que solamente se analiza una muestra, el sistema tiene cierto margen de error, ya que puede ser que el resultado solamente se aplique a la muestra y no a todo el lote. Sin embargo, el margen de error legal es bastante amplio, y Hundt estima que: "Si el estándar es, por ejemplo, de 1 microgramo por kilo y tenemos un margen de error del 50%, un producto que contenga 1,50 microgramos por kilo estará dentro del margen". Para los supermercados, esta aproximación no es suficiente, ya que quieren estar seguros de que sus productos son inocuos, por lo que, cuando establecen estándares superiores al máximo legal, "solamente se están asegurando de que se mantienen dentro de la legalidad en todo caso", recalca Hundt.
Datos anónimos
Además de acelerar el proceso y facilitar la conexión entre la empresa y los laboratorios, el sistema guarda todos los resultados, lo que tiene la ventaja de que se pueden analizar. "Puede que una empresa descubra que muchas de las manzanas inspeccionadas contienen LMR excesivos", explica Hundt. "La mayoría de los productos tiene LMR muy bajos, y los que los superan son la excepción, pero estas excepciones se pueden ver fácilmente en el sistema". Los datos se pueden desglosar por país de origen, por lo que, en teoría, se puede comprobar qué país infringe las normas más a menudo en sus envíos y ajustar las importaciones según corresponda.
"Cada empresa sigue siendo la propietaria de sus datos", continúa Hundt, "y estos se entregan de forma anónima a la Asociación Alemana de Comerciantes de Frutas, que puede conocer los productos que suponen un alto riesgo, pero no las empresas correspondientes". Además de utilizar el programa estándar, las empresas tienen la posibilidad de llevar a cabo un análisis de los resultados para mostrar los datos de forma visual en un mapa mundial.
Nuevas aplicaciones
Aunque solamente unas pocas empresas participaron en la iniciativa, cada vez más compañías trabajan con Fresh.Point. "Esta semana se nos ha unido una nueva empresa", afirmó Hundt la semana 51. El programa no deja de crecer y, ahora, gracias a la nueva aplicación de Fresh.Point, que se presentó en la Fruit Logistica de Berlín, también se puede introducir los datos sin tener conexión a internet y cargarlos al sistema automáticamente cuando la haya.
"Por si fuera poco, hemos diseñado el sistema de forma que el responsable de calidad no tenga que estar físicamente cerca del producto. Por ejemplo, puede pedir desde Alemania que se tome una muestra de un contenedor en Róterdam, y otra persona que se encuentre allí puede introducir los datos y enviarlos al laboratorio", concluye Hundt.
Más información:
ChainPoint
Bettina Hundt
Correo e.: b.hundt@chainpoint.com
www.chainpoint.com
www.freshpoint.nu