La ralentización de las tareas de estiba está pues ocasionando el retraso de la entrega de frutas y hortalizas importadas de ultramar y grandes sobre costes por parte de las empresas importadoras al tener que pagar por el almacenamiento en puerto.
Si bien en un principio se pensó que este era un problema puntual, parece que la situación va a alargarse más de lo previsto y es por eso que, según informan algunos de los principales importadores de frutas y hortalizas españoles, con tal de no detener el servicio de aprovisionamiento, se están encontrando servicios alternativos a través de puertos no españoles, como es el caso del puerto de Róterdam. Esto implica, indudablemente, mayores costes logísticos que las empresas españolas hortofrutícolas están asumiendo.
Se viven, por tanto, momentos de tensión en el sector entre proveedores y clientes ante la incertidumbre en el cumplimiento de pedidos y el coste de los mismos. "Nos encontramos con un gran problema habiendo ya vendido una mercancía que no podemos servir", explica un importador español de frutas de Sudamérca, Centroamérca y Sudáfrica.
"De momento, no encontramos ninguna solución a corto plazo que no sea utilizar los servicios de otros puertos europeos en Holanda y Bélgica, así como asumir los costes que esto implica para no fallar en los compromisos con nuestros clientes", añade.