Alrededor del 75% del peso de la manzana se puede convertir en zumos y derivados alimentarios, y el resto —conocido como orujo de manzana—, que contiene entre un 20 y un 30% de materia seca, se utiliza principalmente como alimento barato para animales. Sin embargo, los investigadores han descubierto que puede tener un uso médico revolucionario.
El procedimiento se basa en extraer diferentes moléculas bioactivas, como antioxidantes o pectina, para obtener un residuo a partir del cual se prepara un biomaterial con características de porosidad y textura apropiadas para utilizarlo en ingeniería tisular.
En la actualidad existen en el mercado productos con aplicaciones similares, pero su precio llega a superar los 100 euros por gramo, mientras que los residuos utilizados en este trabajo no llegan a los 100 euros por tonelada. Por ello, existen claros incentivos para la conversión de estos residuos en productos finales de un gran valor añadido.
Fuente: Universidad Politécnica de Madrid