Tras muchos años de investigación, en 2015 logró crear los primeros híbridos experimentales cruzando líneas parentales y, el año pasado, plantó la primera cosecha medianamente grande en colaboración con Royal Wilhelmina Polder Company (KMWP).
"Aunque crear variedades muy productivas no se encontraba entre nuestros objetivos, algunos de los híbridos tienen el mismo rendimiento que las variedades normales", explica el director de KMWP, Vincent Coolbergen, gratamente sorprendido.
"Por otra parte, el control de malezas supone un gran desafío, ya que, actualmente, en la producción de patatas de siembra, se utilizan herbicidas para el suelo después de plantarlas, pero fumigar con estos herbicidas no es bueno para las plantas", aclara.
"Por otra parte, una vez se ha plantado, este cultivo híbrido apenas se diferencia de las patatas normales, aunque lo difícil es plantarlo en sí, porque este tipo de planta híbrida requiere unas condiciones meteorológicas muy buenas. Las patatas de siembra híbridas son vulnerables a las heladas nocturnas, así que hay que plantarlas más tarde y, como su crecimiento inicial es muy lento, es indispensable hacerlo en el momento justo", afirma.
El agrónomo Michiel de Vries, de Solynta, coincide con las conclusiones de Coolbergen: "Este año, estamos cultivando por primera vez híbridos experimentales que son el doble de resistentes a la Phytophthora, una resistencia que hemos obtenido de forma natural".
"Creemos que muchos productores se beneficiarán de estos productos, ya que pasarán de fumigar veinte veces contra la Phytophthora a no fumigar ninguna. Con los híbridos resistentes, no lo necesitarán", promete.
Por otra parte, estos híbridos no suponen ninguna ventaja a nivel técnico, según Coolbergen: "Al principio, los plantones híbridos son más difíciles de cultivar, pero tienen la ventaja de que se les puede dotar más rápidamente de resistencias a las enfermedades sin que la producción disminuya".
"En realidad estamos investigando dos cosas: una es que se puedan cultivar patatas desde la semilla, algo que, personalmente, veo más como un avance para el futuro lejano, porque el sector todavía no está preparado, pero estoy convencido de que ocurrirá", continúa.
"El segundo avance, y el que me parece más interesante, es la oportunidad de utilizar los híbridos para obtener nuevas características muy rápidamente. Si hay variedades mejores, existe un mismo valor de mercado, lo que no supone una amenaza, sino una oportunidad adicional", opina.
"Cuando otros cultivos se pasaron a los híbridos, como, por ejemplo, las remolachas, sus ingresos aumentaron. En ese sentido, no es nada nuevo ni complicado, pero es algo que nunca se había hecho con las patatas", concluye.