"Para 2020, dominaremos nuestro mercado en cuanto a tomates y pepinos. En lo referente a los pepinos, ya hemos ganado dominio en el mercado", aclara Serguéi Koroliov. "Con respecto a los tomates, necesitamos unos tres años para asegurarnos una posición dominante, es decir, ocupar el 80-90% del mercado".
Según las estimaciones de Koroliov, casi el 40-50% de los tomates y el 80% de los pepinos vendidos en Rusia son de producción nacional. Antes del veto ruso, era el 18%.
"Las inversiones que se han hecho nos permiten decir que para 2020 sustituiremos casi todas las importaciones de hortalizas de invernadero", dice, y añade que Rusia ha invertido más de 150.000 millones de rublos (más de 2.600 millones de dólares) en proyectos agrícolas en los últimos 4 años. Esos proyectos necesitan 8 años para dar frutos.