Según Jan Beemsterboer, los habitantes de esta región están entusiasmados con el proyecto. "Crearemos 200 empleos, y queremos ser una plantación modélica en la que los agricultores locales puedan adquirir conocimientos. La mayoría son minifundistas sin estudios que no prestan atención a la rotación de cultivos y producen cebollas de mala calidad, pero estamos convencidos de que esta región puede producir buenas cebollas, aunque no tengan una vida útil tan larga como las de Países Bajos", asegura.
Jan Beemsterboer y el embajador de Países Bajos, Theo Peters.
"Hemos invertido mucho en infraestructuras por toda la aldea para ayudar a sus habitantes. Gracias a la carretera que hemos construido, ahora esta aldea en mitad de la nada está conectada con el resto del mundo, pero también hemos invertido en un centro de salud con primeros auxilios, guardería y medicamentos; asimismo, instalaremos abrevaderos para los animales y hemos colocado la primera piedra de un centro de enseñanza. Es fantástico ver crecer de esta manera la aldea", comenta Beemsterboer, que recalca que el proyecto ha recibido un enorme apoyo de la Embajada de Países Bajos.
La variedad que se producirá será la Orient F1, de Bejo, la única híbrida de la región, y, al preguntarle si competirá con los exportadores holandeses con este cultivo local, el productor responde: "Solamente cultivaremos en Senegal cuando no esté permitido importar cebollas holandesas al país, así que queremos que sean algo más tardías para evitar que el mercado quede inundado. Hay que evitar situaciones como la que se da actualmente, en la que sigue habiendo cebollas holandesas en Senegal", concluye.
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