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Las películas impresas digitalmente, una revolución en el sector del envasado

Hace unos diez años, las principales cadenas de distribución descubrieron las películas de plástico impresas para el sector de las frutas y las hortalizas. Hoy en día, este tipo de envases impresos son muy comunes en los supermercados, como Albert Heijn, Jumbo, Plus, Lidl y Aldi. Además, las películas impresas tienen cada vez más demanda por parte de los comerciantes más pequeños. "A los supermercados grandes, normalmente se las suministramos en palés, mientras que para los pequeños necesitamos hacer lotes más pequeños con tiempos de entrega más cortos", explica Leo van der Meer, de la empresa de envasado Van der Windt Verpakking. "Podemos ofrecer películas impresas a partir de 10 rollos". De esta manera, además de poder abastecer a clientes más pequeños, también se puede adaptar la película a cada producto.

En el sector del envasado, hay dos grupos que marcan las tendencias a la hora de usar películas impresas y, en ambos casos, lo hacen para diferenciarse. Para los productos agrícolas frescos y los de cuarta gama, son sobre todo los supermercados los que deciden qué imprimir en las películas. Asimismo, los productores y exportadores también utilizan las películas impresas para destacar en los supermercados. "Cada vez vemos más demanda por las etiquetas que tienen un aspecto natural", continúa Van der Meer. Además, la tendencia de imprimir recetas en las bolsas parece estar regresando. "En cada supermercado es diferente. Por ejemplo, Albert Heijn está alejándose de esta tendencia, mientras que otros supermercados siguen imprimiendo recetas en sus envases".


Leo van der Meer, de Van der Windt Verpakking, muestra los envases inkTouchables.

Aspecto auténtico
Además, las tipografías clásicas o de apariencia antigua están en auge. "En los últimos dos años hemos visto cada vez más la tendencia de usar tipos de letra impresos con menos intensidad", como, por ejemplo, para darles un aspecto del lejano oeste o escritas con tiza, tipografías con las que los supermercados buscan mostrar un aspecto auténtico.

Para completar esa apariencia auténtica e incluso nostálgica, Van der Windt ha desarrollado una cobertura especial, llamada "inkTouchables", que se imprime en la película y, al tocarla, da la sensación de que el envase esté hecho de papel. "Las películas de plástico son necesarias para alargar la vida útil de los productos", aclara Van der Meer, "y la cobertura inkTouchables da al envase un aspecto natural". Aunque suene un poco contradictorio tratar de evocar el tacto del papel con una tinta, especialmente si se tiene en cuenta que el papel tiene un aspecto más duradero que las películas, Van der Meer explica que no es ninguna locura. "Si se colocan láminas de papel encima de la película, se utiliza más material, y el envase no se puede reciclar porque no se puede separar el papel del plástico".

En definitiva, las impresiones que tengan aspecto de papel requieren utilizar menos material, pero ¿qué hay de la tinta? "La cobertura inkTouchables es completamente reciclable y se puede tirar sin problemas al contenedor de los plásticos, ya que no se volverá a utilizar para envasar alimentos".

Las películas impresas digitalmente son una revolución
Gracias al auge de las impresiones digitales, está teniendo lugar un cambio mucho mayor en el mundo de los envases impresos, y ese cambio ya se puede ver en los lineales. A grandes rasgos, las impresiones digitales permiten imprimir etiquetas distintas en un mismo rollo de película sin necesidad de detener la máquina ni fabricar distintas láminas. "Solamente hay que enviar el archivo PDF del ordenador a la impresora", asegura Van der Meer. Un ejemplo de las posibilidades que ofrece esta técnica de impresión son las etiquetas personalizadas que utiliza Coca-Cola en sus botellas.

Rápido y barato
Además de poder personalizarse, las películas impresas ofrecen más beneficios: "Si un supermercado quiere probar un envase nuevo, tiene que comprar al menos 10 rollos de película, y tardan en llegarle entre cuatro y cinco semanas". Durante este tiempo, hay que diseñar y fabricar las láminas para imprimir, lo que requiere tiempo. Por el contrario, con la impresión digital, apenas se necesitan unas horas, dependiendo de la cantidad de envases. Además, se puede imprimir solamente un rollo, lo que ofrece posibilidades para probar nuevos envases.

Este método de impresión también beneficia al bolsillo. "El modelo y la lámina de impresión pueden costar entre 2.000 y 2.500 euros, dependiendo del número de colores, y eso sin contar el rollo de película", calcula Van der Meer. "Con la impresión digital, se pueden imprimir algunos rollos", lo que facilita adelantarse a las vacaciones. "Creo que, al final, acabará siendo como las tarjetas de visita, que ahora se pueden encargar fácilmente por internet". Una imprenta con la que trabaja Van der Windt Verpakking ya se ha pasado a este método, por lo que ya no invierte en la impresión flexográfica. "Hace poco estuve en Drupa, una importante feria de empresas de impresión en Düsseldorf (Alemania), y había instalada una impresora HP con una línea de envasado de frutos secos. Se introducía una película en blanco en la máquina y por el otro lado salían los frutos secos con el envase ya impreso. Es el futuro", relata.

Menos tinta, más color
La sostenibilidad sigue siendo un tema importante para la industria del envasado. Los envases biodegradables siguen siendo más caros que los convencionales, por lo que su demanda aumenta muy despacio. "Si la diferencia de precio fuera menor, el mercado crecería más rápido", opina Van der Meer. En este sector, el impacto medioambiental de la tinta es un tema muy importante: "Con las técnicas de alta definición, podemos imprimir una imagen mucho más clara y utilizando menos tinta", describe Van der Meer. Con esta tecnología, se puede imprimir utilizando los cuatro colores básicos, mientras que muchas de las técnicas antiguas necesitan ocho colores, lo que implica utilizar más tinta. "Además, se necesitan menos láminas de impresión, que cuestan entre 250 y 300 euros cada una, de modo que la sostenibilidad no siempre es más cara", comenta Van der Meer.

Con la tecnología en alta definición, los semitonos de las impresiones han mejorado muchísimo: mientras que antes se utilizaban entre 42 y 48 líneas verticales por centímetro cúbico, en alta definición hay 60 líneas verticales, por lo que las imágenes son más claras. "Hace dos años, se podían ver los puntos con los que la imagen estaba formada, y ahora se necesita una lupa para verlos", concluye.

Más información:
Van der Windt Verpakking
Leo van der Meer
Fecha de publicación: