"La coliflor es como un lienzo en blanco, capaz de absorber cualquier sabor", comenta Weiner. Entre los platos que ofrece los lunes en Almond se incluyen coliflor con pollo frito, coliflor al estilo General Tso y coliflor con búfalo y roquefort, que tuvo tan buena acogida que pasó a formar parte de la carta normal.
Weiner no es el único cocinero que experimenta con esta crucífera. "Está en todas partes", afirma Elena North-Kelly, directora gerente de la Fundación James Beard, una organización de artes culinarias. "La coliflor ha pasado de ser una guarnición aburrida a protagonizar el plato". El restaurante Girl & the Goat, en Chicago, la acompaña con pimientos encurtidos, mientras que Ox, en Portland (Oregón), la cubre de salsa tahini y el restaurante Florence, en Savannah (Georgia), asa las coliflores enteras y la sirve en un recipiente de hierro fundido.
Debido al éxito de esta hortaliza, B&G Foods Inc. compró la marca Gigante Verde, de General Mills Inc. en 2015 y amplió su línea de coliflores para incluir puré de coliflor, un combinado congelado de coliflor y batata y "arroz" de coliflor. Por otra parte, Whole Foods Market Inc. lleva dos años seguidos viendo cómo se disparan las ventas de esta hortaliza a nivel nacional, y ofrece productos parecidos con su marca 365. Las ventas de ambas empresas se están disparando por todo el país, y no solo en las regiones metropolitanas, como ocurría con otras tendencias.
Este auge se debe a que la coliflor combina varias tendencias culinarias: las de alimentos bajos en carbohidratos, sin gluten y saludables, lo que suele ser sinónimo de vegetariano. "Es parecido a lo que pasó con la col rizada hace unos años", sugiere Erik Brown, comprador global de frutas y hortalizas de Whole Foods.
Las modas de alimentos saludables en Estados Unidos no siempre son prácticas: las bayas de açaí se producen en Sudamérica y los aguacates maduros sin difíciles de encontrar en invierno, pero la coliflor se cultiva en todas partes, desde Nueva York hasta California, y la temporada dura cada vez más, así que siempre hay oferta. Además, es barata y el público ya la conoce.
En abril, Weiner decidió remodelar el menú de su restaurante y retiró la coliflor con búfalo, pero, para su sorpresa, muchos clientes se quejaron y algunos incluso amenazaron con no volver al restaurante, por lo que, una semana después, el cocinero se vio obligado a volver a incluir el plato en la carta.