La industria afirma que ha sido una decisión de "doble moral" tomada por un presidente para el que "Estados Unidos es lo primero" y que pregona empleos, y de otro que podría acabar perjudicando a las familias de agricultores estadounidenses.
"La Administración nos ha atacado por la espalda", asegura Joel Nelsen, agricultor y presidente de California Citrus Mutual, organización sectorial de citricultores.
Tan solo en California, los cítricos genera 3.300 millones de dólares y se estima que crea unos 22.000 puestos de trabajo. El Servicio de Inspección Veterinaria y Fitosanitaria (APHIS) estima que los precios del limón bajarán en torno a un 4% con el levantamiento de la prohibición. "La ganancia de unos 25 millones de dólares en bienestar del consumidor superarán las pérdidas cercanas a 22 millones de dólares que sufrirá el bienestar del productor".
La industria estadounidense asevera que permitir la entrada de fruta argentina acarreará más riesgos de enfermedades y plagas que podrían poner en peligro el cultivo nacional. Claramente, este tema también irrita a los productores nacionales porque el país sudamericano es el mayor productor del mundo y es un competidor global en la venta en mercados lucrativos como Asia.
California exporta alrededor del 10% o 15% de su cosecha de limón a ultramar, principalmente a importantes mercados asiáticos como Japón, China y Corea del Sur. Con el paso de los años, Argentina ha aplicado precios agresivos en ciertos mercados internacionales para ganar una ventaja competitiva frente a Estados Unidos y otros países.