Es por ello que España y Portugal, con variedades mucho más pequeñas, se están quedando atrás. Además, a esto hay que sumar que “muchos productores portugueses todavía no tienen todos los certificados necesarios como el Global GAP, para poder competir en el terreno internacional”, explica Saiz. Este hecho dificulta la tarea de vender la producción en otros países, debido a las exigencias y los estándares marcados por el mercado internacional.
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Es por ello que España y Portugal, con variedades mucho más pequeñas, se están quedando atrás. Además, a esto hay que sumar que “muchos productores portugueses todavía no tienen todos los certificados necesarios como el Global GAP, para poder competir en el terreno internacional”, explica Saiz. Este hecho dificulta la tarea de vender la producción en otros países, debido a las exigencias y los estándares marcados por el mercado internacional.