Charles-Henri Deprez, Marleen Vaesen y Hein Deprez, de Greenyard.
Empresa de cultivo
A comienzos del siglo XXI, Deprez empezó a adquirir otras empresas de cultivo. De este modo, la cadena se cierra un poco más. "Producir en colaboración con el consumidor", como él lo llama. Con el paso de los años, ha crecido hasta tener 10 instalaciones de producción repartida por Sudáfrica y América Central y del Sur. Además, tiene un vivero en Europa. El pasado viernes, incorporó la primera empresa alimentaria de frutas y hortalizas a la cartera.
Con la adquisición de Hartman, Deprez estrecha la cadena hasta llegar a Albert Heijn. Bakker Barendrecht forma ahora parte de Greenyard. ¿Qué opina de otros actores de la cadena, como Vezet? ¿Les presentará una oferta? "Nosotros somos proveedores de Vezet, la empresa en sí misma añade valor. Trabajando de esta forma, nos complementamos y podemos suministrar un producto uniforme a Albert Heijn, quien coordina y controla la cadena".
La historia demuestra que las empresas que comienzan a cultivar, tienden a rechazar esta actividad. Capespan, Del Monte, Chiquita; todas ellas se han desprendido de sus cultivos propios por su ineficiencia. Deprez también ha decidido dejar de incluir sus actividades de cultivo en el grupo Greenyard, con cotización en bolsa. En 2014, puso las empresas de cultivo en manos de su familia: The Fruit Farm. "No se compra tierra para hoy o para mañana, se compra para dos generaciones como mínimo. Hay que tener carácter para poder pensar a largo plazo en un sector donde los márgenes son reducidos. Eso solo se puede hacer en el seno de una familia".