Luciano Zani, fundador de GranFrutta Zani, recuerda que cuando empezó en los 60, la fruta cultivada de forma profesional era escasa. "Antes solíamos tener crisis también, pero, por ejemplo, 1 kilo de Cardnal (variedad de melocotón amarillo) costaba 125 liras y un trabajador costaba 118 liras la hora".
Pero ¿qué se podría hacer para evitar las crisis? No hay una respuesta concreta. Desde luego, los escenarios han cambiado de forma radical. Hoy en día, muchos países producen fruta de verano de buena calidad y la mayoría de ellos tienen costes de producción más bajos.
Nectarinas españolas en un mercado mayorista italiano (mediados de julio)
En segundo lugar, el sentimiento nacional debería ser más fuerte. Francia y Alemania dan prioridad al producto nacional, mientras que Italia hace lo contrario, pues cualquiera puede importar desde cualquier parte, en tanto que los productos italianos ni siquiera se pueden enviar al extranjero".
En tercer lugar, se debería producir menos para ganar más. Es un paso que hay que dar. Si el mercado recompensa los calibres grandes y las buenas cualidades organolépticas, hay que producir un producto grande y bueno. No hay alternativas. Se puede hacer cambiando la forma de pensar, las variedades, las técnicas de poda y aclareo.
En cuarto lugar, se debería hacer la selección en función de las cualidades organolépticas. Tal vez parezca difícil, pero las empresas como Unitec tienen tecnologías que pueden hacerlo. "Una planta produce 35 tipos distintos de calidad, por lo que podemos tener 35 tipos distintos de consumidores. Por ahora, tan solo hay 4 parámetros principales de clasificación en Italia, pero nada relacionado con las preferencias de sabor de los consumidores", explica Angelo Benedetti, de Unitec.
Por último, el cultivo debería ser ultraespecializado, es decir, algunas frutas se deberían cultivar solo para los mercados que premian y el resto puede ser producto de masas.