En 2015, Serbia era el productor más grande de frambuesa del mundo. En aquel entonces, el país exportó 100.000 toneladas, superando a los líderes del mercado anterior: Polonia y Chile. En la temporada de 2016, sin embargo, la demanda de frambuesas serbias se redujo drásticamente, y este año la situación es aún más complicada, ya que el 40% de la cosecha se perdió por completo.
Según Alexander Jovanovic, de Aleksandar International, uno de los líderes del sector de las frutas y hortalizas de Serbia, el motivo de este descenso en el año 2016 fue la combinación, por parte de algunos productores serbios, de variedades tradicionales con variedades polacas inferiores.
Alexander expuso su decepción pues, por culpa de esta actividad llevada a cabo por varias empresas, sufrirá las consecuencias toda la industria.
En la compañía de Jovanovic, sólo se cultivan dos variedades de frambuesas: la Meeker y la Willamette. Están convencidos de que otras variedades, en particular Polka y Polana, no pueden igualar la calidad del nivel de producción.
La Meeker y Willamette son variedades que son extremadamente aromáticas, y no requieren del uso de pesticidas y herbicidas cuando se cultivan.