El Servicio de Inspección Ruso, ha examinado los negocios de cultivo de tomate turco, según cuenta la web de noticias de Azerbaiyán, Azernews. Oficialmente la frontera rusa sigue cerrada para los tomates turcos. El mes pasado, ambos países acordaron encontrar una solución a los problemas, por lo que los representantes de Rusia dieron a entender que podrían abrir la frontera durante parte del año.
La portavoz Yulia Melano declaró, que la inspección de los agricultores de tomate pertenece al Servicio Federal, y tan pronto como hayan tomado una decisión, publicarán la información pertinente en su sitio web. La frontera rusa tiene echado un doble cerrojo en este momento. Esto se debe a un boicot político, así como técnico. El primero se echó después de que las unidades turcas tomaran un avión de combate ruso. El segundo, el 4 de julio de 2016, cuando los servicios fitosanitarios descubrieron excedencias.