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Los precios han caído un 25% desde el veto ruso

España: La producción de caqui será un 20% más baja de lo esperado

De acuerdo con la Asociación Española del Caqui, las olas de calor de principios de verano han causado finalmente una reducción de los volúmenes de cosecha de caqui de entre un 15 y un 20%, algo que se ha dado en todas las zonas de producción de caqui de España. De las alrededor de 400.000 toneladas que se esperaban esta campaña, las previsiones se han ajustado a unas 320.000 toneladas.

Muchos pensaban que las plantaciones jóvenes iban a compensar la caída de los rendimientos, pero se está viendo que no es así, porque la capacidad productora de los árboles más maduros, los más afectados por las olas de calor, es de 4 5 veces mayor", explica Vicent Masià, presindente de la asociación.

Cabe resaltar que los calibres, no obstante "son mayores esta campaña, mucho más comerciales que la campaña pasada, en la que hubo una gran abundancia de calibres pequeños", señala.

Desde el descubrimiento del método tecnológico que permite eliminar la astringencia del caqui, tanto la producción como la demanda no habían dejado de crecer de una manera prácticamente paralela De acuerdo con Vicent Masià, la tendencia de aumento de superficie de caqui se ha moderado este año en comparación con años anteriores debido a un mayor ajuste entre la oferta y la demanda. "Hay viveros que se han quedado con muchos árboles de caqui por vender", afirma. "Esto no significa que la plantación de caqui no deje de crecer, pero se ha frenado el ritmo de los últimos 5 años", añade.

En estos momentos los precios están ajustándose a la baja a medida que aumentan los volúmenes, que suelen concentranrse en su mayoría desde finales de octubre y en todo el mes de noviembre.

El precio medio cae un 25% desde el Veto Ruso
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) constata que los precios en origen de esta fruta han experimentado un descenso medio del 25% en las tres últimas campañas, situándose en algunos casos por debajo de los costes de producción, y atribuye esta tendencia a la aplicación del veto ruso y a la falta de apertura de nuevos mercados asiáticos y americanos.

La rentabilidad del caqui se ha visto bruscamente afectada con la prohibición en agosto de Rusia en 2014 de exportar caquis y otros productos agroalimentarios europeos a su mercado, el cual era especialmente importante para el sector porque solía adquirir calibres de segunda categoría y contribuía de ese modo a desatascar los mercados europeos.

“Todos sabíamos que la decisión de Moscú podía tener una incidencia muy negativa sobre el cultivo –señala el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado– y por eso mismo el gobierno español y la Unión Europea nos prometieron que, en compensación, buscarían mercados alternativos. Pero ni Madrid ni Bruselas han cumplido su palabra en todo este tiempo. Nos sentimos engañados y maltratados por partida doble, ya que además de no sumar consumidores más allá de Europa, las autoridades no han proporcionado a los afectados compensaciones económicas de suficiente cuantía.”

El dirigente agrario subraya el enorme potencial que tiene el caqui por su sabor, sus propiedades nutricionales y su fácil consumo: “Si los mercados internacionales que hoy están cerrados estuvieran abiertos, tendríamos que triplicar la producción de caqui. Queremos políticos eficaces que sean capaces de atender las necesidades de sus administrados en tiempo y forma, y no lo que han demostrado con el veto ruso. Primero, crearon un problema ajeno a causas agrarias y, luego, eternizan las soluciones”.

La disminución de las cotizaciones en origen lleva el agravante de que coincide en el tiempo con un aumento generalizado de los gastos de cultivo. Por un lado, los agricultores tienen que hacer frente a la irrupción de nuevas plagas como las moscas blancas y fisiopatías que surgen a medida que el frutal se asienta en el campo valenciano. Por otro lado, la necesidad de prolongar la campaña mediante tratamientos de adelanto o retraso de la maduración de la fruta, así como el cumplimiento de crecientes exigencias comerciales por parte de las grandes cadenas de la distribución, contribuyen a incrementar los costes justamente en una coyuntura de precios a la baja.