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El cuarto mayor exportador de piña de África retoma los envíos a la UE

Jean–Xavier Satola supervisa el corte y el envasado de piñas ahora que Benín –el cuarto mayor exportador africano de esta fruta– vuelve al mercado tras una ausencia autoimpuesta de ocho meses.

Satola lleva en el negocio de la piña 30 años y, en cuanto recibió la luz verde del Gobierno, fue el primer exportador en reanudar las exportaciones.

"Llevo 46.000 kilos desde comienzos de año. Es menos de la mitad que en septiembre de 2016", detalla.

"La reanudación es lenta. Algunos de nuestros clientes europeos están indecisos, pero estamos exportando más calidad garantizada ahora".

En diciembre, el Gobierno de Benín prohibió las exportaciones de piña después de que la Unión Europea emitiera repetidas advertencias sobre piñas tratadas con el pesticida etefón para acelerar la coloración. Las advertencias de la UE se produjeron al detectarse residuos de etefón por encima de los niveles permitidos.

No obstante, Satola, que preside la Asociación Nacional de Productores y Exportadores de Piñas de Benín, dice que los productores estaban respondiendo también al gusto de los consumidores europeos.

"Respetar las demandas del mercado"
Los productores recurrieron a un "método antiguo" para hacer que el exterior de las piñas tuviera el color amarillo, preferido al verde natural, continúa. "Añadían dosis de plaguicidas colorantes después de las lluvias o utilizaban una gran cantidad después de recibir un pedido urgente".

Las autoridades de Benín impusieron un veto de exportación voluntario mientras ponía todo en orden. Se elaboró una lista de exportadores, se formó a los trabajadores que administraban etefón y el Estado invirtió hasta 460.000 de euros (536.000 dólares) en equipos para analizar los niveles.

La agencia de estándares alimentarios del país, ABSSA, lleva ahora a cabo las pruebas en los campos y en los aeropuertos antes de los envíos. "Era preciso tomar estas medidas", reconoce el director de la ABSSA, Setondji Hossou. "Debemos tener un producto de calidad y respetar las demandas del mercado".

El cultivo se trató hace ocho días. Normalmente, el etefón tendría que haber desaparecido. "Está por debajo de los niveles normales, permitiremos el corte del cultivo. Si no, tendrá que esperar un poco", explica Dossavi.

Ha sido difícil convencer a los exportadores, porque se juegan mucho con este producto perecedero: si esperan demasiado, la fruta corre el riesgo de estar demasiado madura y ser imposible de vender. Entonces, tendrá que destinarse al mercado nacional a un precio más bajo.

Malos hábitos
Para Ernest Ahokpe, propietario del campo analizado, es el precio a pagar. "Los europeos quieren piñas con color. Tenemos que adaptarnos porque nuestros competidores lo están haciendo", asegura.

Y esos competidores son una legión: Ghana, Camerún, Costa de Marfil y en especial Costa Rica, el exportador de piña número uno del mundo.

Antes del veto voluntario, Benín tan solo tenía un 5% del mercado europeo de la piña. En 2000, el país exportó 500.000 kilos de esta fruta; en 2014, la cantidad había pasado a 4.000 kilos.

Como resultado de la nueva normativa, tan solo se esperan exportar 100.000 kilos este año, y luego tan solo piñas Sugarloaf sin tratar. Seguirán siendo un producto menor en los supermercados europeos.


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