En octubre, los días se acortan rápidamente en Suecia. Esto significa que pueden surgir problemas con la calidad de los pepinos. El productor de pepino, Rickard Jönsson, es positivo con el futuro, sin embargo. Aunque el mercado sueco no siempre es el más fácil, no envidia a sus colegas holandeses.
El productor de pepino Rickard Jönsson (Frillestad Vaxt) y Peter Horvath (Odlarlaget).
En el límite de la propiedad yace una gran pila de virutas de madera. Justo afuera del invernadero, en un cobertizo separado, estas astillas se consumen en una enorme estufa. Con este calor, el invernadero se calienta a la temperatura adecuada. Suecia sólo tiene unas pocas docenas de productores de pepino, y Rickard Jönsson, de Frillestad Vaxt, es uno de los mayores productores en este país escandinavo. Las virutas utilizada para la estufa son un subproducto de la enorme industria de la madera en Suecia.
El invernadero se calienta al quemar las virutas, las sobras de la enorme industria de la madera.
"El interés en los productos locales está aumentando", dice Rickard. "Por lo tanto, esperamos un futuro prometedor". El invernadero tiene un rendimiento de aproximadamente 220 pepinos por metro cuadrado (74 kg/m2). El complejo tiene 38.000 metros cuadrados y tiene dos cosechas al año. "Intenté plantar tres cultivos, pero es difícil mantener el equilibrio adecuado y mantener a las polillas alejadas".
Agua del suelo sin filtrar
La temporada comenzó más temprano este año, en las primeras semanas de la nueva temporada. Sin embargo, faltaba la demanda. "En la primera semana de mayo, hubo mucho sol, así que tuvimos un alto rendimiento de producción", dice Rickard, "pero, en ese momento, casi no había consumo". En las primeras semanas de junio, alrededor del solsticio de verano, la demanda y la producción alcanzaron su apogeo. Los pepinos de invernadero de Rickard se llevan al mercado a través de una organización de productores (OP) llamada Odlarlaget. Esta es una de las tres OP más grandes de Suecia y el mayor subastador de pepinos del país.
"Tenemos un producto limpio. No necesitamos filtrar el agua del suelo, y casi no usamos pesticidas", explica Rickard. "También tenemos un corto tiempo de transporte. Los productos locales son buenos para la economía". Hay muchos rumanos y lituanos trabajando en el invernadero. "No tenemos problemas con el personal". En octubre, los recolectores van a los invernaderos dos veces por semana para cosechar los cultivos. Se recogen muchos más pepinos durante la temporada alta. Aproximadamente 90 minutos después de la cosecha, los pepinos se envasan.
Rickard muestra un pepino en su invernadero.
Menos presión de los bancos
"Uno de los factores de riesgo es que tenemos menos luz", dice Rickard. Las temporadas terminan a finales de octubre, principios de noviembre, cuando los días son demasiado cortos. "Con las luces de cultivo, puedes cultivar durante todo el año, pero los precios no son buenos". En los oscuros meses de invierno, los pepinos locales alcanzan un precio de 2€/kg. Rickard no utiliza luces de cultivo. "No veo la ventaja económica. En los meses de verano, tenemos más luz de la que sabemos gestionar, y la temporada comienza nuevamente en las primeras semanas del año".
Aunque su invernadero está equipado con tecnología holandesa, y cultiva la variedad holandesa Michelle, Rickard ve una gran diferencia entre su negocio y los del sector holandés. "Tenemos menos problemas con los bancos", dice. "Solo invertimos dinero que hemos generado. Los productores holandeses parecen 'invertirlo todo'". También hay más competencia entre los productores holandeses. En Suecia, los productores financian conjuntamente una campaña para enfocarse en los pepinos. "Hay muy pocos productores en la zona, y las bajas temperaturas implican menos enfermedades", explica Rickard para ilustrar la diferencia.
Para más información:
Frillestad Vaxt
Rickard Jönsson/Lars Klitte
Odlarlaget
Peter Horvath
Peter.horvath@svenskaodlarlaget.se
www.odlarlaget.se
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