Se espera una vez más que las exportaciones marroquíes de tomates estén por debajo de las registradas en la temporada anterior. En el mejor de los casos, se espera que alcancen el mismo volumen que en 2015-2016. Se ha registrado una disminución del 4% en comparación con 2015-2016, con 517.000 toneladas de tomates de todas las variedades que se exportan este año. La mayor parte de esta cifra corresponde a las exportaciones a la UE, que totalizan casi 403.000 toneladas.
Según las estadísticas de la UE, la cifra está más cerca de las 374.500 toneladas, un 1% menos. La disminución también afectó a las exportaciones españolas, que disminuyeron un 12% desde la temporada pasada. Mientras tanto, Turquía ha desarrollado sus exportaciones de tomate en un 70% a 100.00 toneladas, gracias al embargo ruso sobre las ventas europeas. En general, las exportaciones de fruta y hortalizas aumentaron en un 6%. Esto se debe principalmente a un aumento del 48% en las ventas de sandías (137.000 toneladas en comparación con 74.000 toneladas en 2015-2016).
La APEFL (Asociación de productores y exportadores de frutas y hortalizas) no espera ver una mejora en la exportación en la temporada que acaba de comenzar, principalmente debido a las condiciones climáticas muy cálidas durante el verano de 2017 en la región de Agadir, que monopolizó la mayoría de los volúmenes de exportación. Los cultivos también se vieron afectados por el calor y experimentaron una pérdida de plántulas, lo que provocó que las entregas de los productores llegaran una semana tarde. Las altas temperaturas también provocaron un mal crecimiento de la fruta y decoloración.
En general, se sembraron 5.200 hectáreas de tomates con el objetivo de llegar a 800.000 toneladas. La exportación dependerá de las condiciones climáticas, especialmente de cuan frío es el invierno y cómo se controlan las enfermedades y plagas (mosca blanca en particular), y la situación del mercado de la UE, que importa casi la mitad del volumen exportado.