"Las especificaciones del producto recomiendan alternar principios activos y mecanismos de acción para obtener buenos resultados con las principales enfermedades, mientras que la gran distribución exige algunos principios activos sin pensar en que el uso repetido de algunos principios desemboca en resistencias. Por ejemplo, utilizando tan solo cuatro principios los tratamientos serán menos efectivos, ya que los patógenos se volverán más tolerantes".
Todo el trabajo que los productores hacen para satisfacer las demandas de la gran distribución debería pagarse bien, no de menos. A través de las regiones, la UE financia esos estándares de control integrado.
"Sería mejor utilizar parte de esos fondos para promocionar verdaderamente nuestro producto y crear una marca única que identifique a los melocotones y las nectarinas, por ejemplo. Un nombre no basta para crear una marca, pues la calidad tiene que destacar. Una marca no sirve de nada si los consumidores no pueden diferenciarla del resto".