En particular, tres variedades están dando buenos resultados: Nabila, Flavia y Flaminia.
"Nabila es excelente para suelos salinos y una consistencia bastante pesada. Por tanto, es una variedad rústica que producen frutos grandes de alta calidad", explica el gerente de I+D, Jacopo Diamanti.
Las pruebas en Basilicata, Sicilia y la llanura de Sele han funcionado muy bien.
En cuanto a Flavia y Flaminia, que se han probado en Italia y España, tienen una vida útil larga y una piel particularmente resistente a las magulladuras. Estas características son esenciales para productos que también tienen demanda en el extranjero.
Flaminia (en las fotos) es vigorosa y resistente, con frutos crujientes que alcanzan hasta 30-40 gramos. Es adecuada para suelos cansados.
Por el contrario, las plantas Flavia son más compactas y producen frutos regulares de tamaño medio-grande. "Son adecuados también para mercados exigentes como el Reino Unido".
Estas nuevas variedades son la prueba del continuo compromiso de CIV con la investigación de plantas capaces de producir frutos de calidad alta en diferentes condiciones, algo esencial en un territorio diverso como el italiano.
Y ha sido precisamente esta investigación la que le ha dado un nuevo impulso al sector de la fresa en los últimos 20 años.
"El compromiso y duro trabajo, con el estímulo de las demandas del mercado y la gran distribución, se han traducido en unos productos excelentes que satisfacen a los consumidores", explica Giampiero D'Onofrio, responsable de CJO.
Pero no es lo único, hay otro elemento importante que tener en consideración: gracias a que las fresas ahora se cultivan en distintas zonas, hay disponible producto fresco y saludable todo el año.
"La fruta que hay disponible actualmente es tan buena como el producto de verano. Gracias a la mayor horquilla de temperaturas, las fresas tienen un alto nivel Brix".
Además, los ciclos de producción se han acortado y las técnicas de cultivo tienen un impacto medioambiental muy bajo, pues se ha reducido drásticamente la necesidad de productos químicos. Por ejemplo, antes se utilizaban plaguicidas, mientras que ahora se utilizan insectos antagonistas, de forma que se garantiza un fruto natural y saludable sin que la producción se vea afectada.
Teniendo en cuenta que las normativas italianas de salud son las más estrictas de Europa, podemos afirmar que la salubridad de las fresas italianas es excelente.
En la actualidad, los productores italianos se decantan cada vez más por técnicas con un bajo impacto medioambiental que favorezcan la calidad del producto. sin embargo, los costes de gestión son considerables y no existe un modelo de competencia perfecta que determine los precios tan solo por el equilibrio entre la demanda y la oferta.
"El mercado debe ser consciente de los nuevos productos con un bajo impacto medioambiental y de los nuevos modelos consumo. Los operadores del segmento tienen que trabajar juntos por el crecimiento del sector de la fresa y enfrentarse a la verdadera competencia: España".
"Nabila es excelente para suelos salinos y una consistencia bastante pesada. Por tanto, es una variedad rústica que producen frutos grandes de alta calidad", explica el gerente de I+D, Jacopo Diamanti.
Las pruebas en Basilicata, Sicilia y la llanura de Sele han funcionado muy bien.
En cuanto a Flavia y Flaminia, que se han probado en Italia y España, tienen una vida útil larga y una piel particularmente resistente a las magulladuras. Estas características son esenciales para productos que también tienen demanda en el extranjero.
Flaminia (en las fotos) es vigorosa y resistente, con frutos crujientes que alcanzan hasta 30-40 gramos. Es adecuada para suelos cansados.
Por el contrario, las plantas Flavia son más compactas y producen frutos regulares de tamaño medio-grande. "Son adecuados también para mercados exigentes como el Reino Unido".
Estas nuevas variedades son la prueba del continuo compromiso de CIV con la investigación de plantas capaces de producir frutos de calidad alta en diferentes condiciones, algo esencial en un territorio diverso como el italiano.
Y ha sido precisamente esta investigación la que le ha dado un nuevo impulso al sector de la fresa en los últimos 20 años.
"El compromiso y duro trabajo, con el estímulo de las demandas del mercado y la gran distribución, se han traducido en unos productos excelentes que satisfacen a los consumidores", explica Giampiero D'Onofrio, responsable de CJO.
Pero no es lo único, hay otro elemento importante que tener en consideración: gracias a que las fresas ahora se cultivan en distintas zonas, hay disponible producto fresco y saludable todo el año.
"La fruta que hay disponible actualmente es tan buena como el producto de verano. Gracias a la mayor horquilla de temperaturas, las fresas tienen un alto nivel Brix".
Además, los ciclos de producción se han acortado y las técnicas de cultivo tienen un impacto medioambiental muy bajo, pues se ha reducido drásticamente la necesidad de productos químicos. Por ejemplo, antes se utilizaban plaguicidas, mientras que ahora se utilizan insectos antagonistas, de forma que se garantiza un fruto natural y saludable sin que la producción se vea afectada.
Teniendo en cuenta que las normativas italianas de salud son las más estrictas de Europa, podemos afirmar que la salubridad de las fresas italianas es excelente.
En la actualidad, los productores italianos se decantan cada vez más por técnicas con un bajo impacto medioambiental que favorezcan la calidad del producto. sin embargo, los costes de gestión son considerables y no existe un modelo de competencia perfecta que determine los precios tan solo por el equilibrio entre la demanda y la oferta.
"El mercado debe ser consciente de los nuevos productos con un bajo impacto medioambiental y de los nuevos modelos consumo. Los operadores del segmento tienen que trabajar juntos por el crecimiento del sector de la fresa y enfrentarse a la verdadera competencia: España".