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Las bananas de Surinam tienen espacio en el mercado europeo

Surinam no es conocido como un país productor de bananas para el mercado europeo. Los volúmenes de producción no se pueden comparar con los embarques procedentes de Ecuador, por ejemplo, que llegan a los puertos europeos todas las semanas. Aun así, existe una oferta estable de producto que llega de Surinam a Amberes, desde donde las bananas se transportan al resto de Europa.



"Food and Agriculture Industries, o FAI, posee dos explotaciones en Surinam, donde trabajan numerosos productores de bananas", indica Chuck de Liederkerke, de The Fruit Farm Group. La superficie asciende a alrededor de 2.000 hectáreas en total y cada año se llenan de bananas más de tres millones de cajas. En 2014, el Gobierno de Surinam privatizó las plantaciones, tras lo cual la empresa comenzó a desarrollar nuevos mercados. "El mercado local de Surinam es muy pequeño para nosotros. Tenemos dos mercados importantes: el Caribe y Europa", continúa Chuck. "Somos el único productor comercial de bananas de Surinam, de media suministramos al menos 40 contenedores a Europa y nos gustaría aumentar ese volumen en el futuro".



"Hay espacio para la calidad"
La mayoría de las bananas se venden en la distribución minorista europea. La empresa dispone de dos marcas para ello: Katopé para las bananas premium y Switie para las cadenas de descuento. A pesar del bajo precio de las bananas, Chuck ha observado que hay espacio de sobra en los lineales para las bananas premium. "Siempre hay espacio para la calidad en el mercado. Tenemos una buena relación con nuestros clientes del Caribe y de Europa. Por supuesto, notamos cierto movimiento cuando los precios caen, pero sabemos que son fluctuaciones estacionales. Para nosotros, la relación con el cliente es importante. Siempre tendrás un valor añadido con una buena calidad". Menciona un análisis organoléptico independiente en el que las bananas de Surinam han obtenido los mejores resultados".

La empresa tiene una vinculación histórica con Greenyard, que es el mayor comprador de bananas surinamesas, pero está abierta a cooperar con nuevas compañías. Tras la fusión en la que Greenyard absorbió Univeg hace algunos años, las empresas productoras que formaban parte de Univeg se integraron en una nueva empresa: The Fruit Farm Group. Esta decisión vino motivada por una estrategia de inversión diferente. "Se invierte en agricultura a más largo plazo; en especial con un producto como las manzanas o los aguacates, conlleva un periodo de 20 años", subraya.



Cultivo siguiendo el proceso natural
En el mercado europeo, las bananas encuentran la puerta abierta en Bélgica, Francia, Austria y Hungría. Debido a la relación histórica que existe entre los Países Bajos y Surinam, Chuck también ve opciones en el mercado holandés. Desde la privatización de las explotaciones en 2014 se ha invertido mucho en mejora de la calidad para lograr un mejor acceso al mercado europeo. "Hemos contratado a Eduardo Meléndez, de uno de los grandes países bananeros, para que sea nuestro gerente y ponga en orden en todos nuestros procedimientos", dice Chuck. La formación de los empleados, la creación de una estructura de comunicación en la cadena de suministro entre el campo y el destino, y las nuevas certificaciones han llevado la producción a un nivel más alto. El año pasado, las plantaciones obtuvieron la certificación de la Rainforest Alliance.

La mejora de la producción de bananas no es el único cambio. La empresa tiene la ambición de lograr un cambio en el medioambiente. "Eso significa que trabajamos de acuerdo con los principios que existen en la naturaleza, en lugar de controlarla y utilizar muchos productos químicos. De esta forma, no solo mejorará la calidad de la fruta, sino también la salud del suelo, del medioambiente y de nuestros trabajadores", asegura Chuck. Este ideal va cobrando forma mediante la investigación y los conocimientos externos. "Nuestras plantaciones reciben la visita de expertos que nos dicen cómo gestionar nuestras compañías de una manera todavía más natural".



Biodiversidad en la plantación
Esto se expresa prácticamente en cuatro pilares: una alteración mínima del suelo, desarrollo de un suelo rico, uso mínimo de productos químicos e inversión en biodiversidad. "Este último punto significa que hemos empezado a cultivar otros productos además de bananas en la misma plantación. Empezamos con una plantación de plátanos, algo sencillo, porque se asemejan a las bananas, pero también cultivamos papayas, maracuyás y cocos en la plantación de bananas", explica Chuck.

El método natural de trabajo suscita interrogantes sobre los peligros de la RT4 y de la sigatoka negra, dos problemas que tienen al sector bananero en jaque. "Por fortuna, no tenemos RT4 en Surinam y hemos tomado todas las precauciones", tranquiliza Chuck. "Estamos convencidos de que la biodiversidad ayuda a reducir los riesgos, así que tenemos que continuar invirtiendo en conocimientos sobre la gestión de riesgos".



Una isla para las bananas
La sigatoka negra supone una amenaza pequeña en Suriname, para la que también se han tomado las medidas preventivas necesarias. "Tenemos suerte de ser el único productor de bananas del país, por lo que la presión de las enfermedades ambientales es menor que en zonas donde el cultivo de bananas es más intensivo", explica Chuck. "Somos algo parecido a una isla".

"Hay que estar alerta ante cualquier señal temprana de las plantas, en lugar de responder a la enfermedad cuando el daño ya se ha hecho", continúa Chuck. Hay que dar prioridad al alimento que se les da a las plantas y no al uso de plaguicidas, según él. "También es mucho mejor para el consumidor, porque recibe un producto con un menor LMR y una mejor calidad, cultivado en armonía con la naturaleza, y es más saludable para los empleados, que trabajan con una cantidad menor de productos químicos".

Más información:
The Fruit Farm Group
Charles de Liedekerke
Fecha de publicación: