Respecto a la competencia internacional prevista para 2030, un informe publicado por SAGARPA, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, concluye que con base al crecimiento de la demanda comercial de piña en los potenciales socios comerciales de México, el análisis de competidores muestra que los principales países a los que se destinarán las exportaciones serán Estados Unidos, Alemania y España, seguidos de Japón e Italia.
Actualmente, el mercado mexicano satisface el 100% de los requerimientos nacionales con su producción interna, aunque las importaciones mundiales también han aumentado en un 38% en los últimos diez años. Este crecimiento ha generado la necesidad de incrementar las exportaciones mexicanas, cuyo principal destino ha sido Estados Unidos.
Estrategias de mercado recomendadas
Este informe de SAGARPA recoge a su vez algunas recomendaciones destinadas a los productores, empacadores y exportadores. Entre ellas se citan la inversión en el mantenimiento y mejora de la calidad fitosanitaria, iniciar gestiones con otros países para obtener los requisitos de sanidad vegetal que estos exigen para la exportación, y poner atención a los esquemas de protección de la propiedad intelectual como es el caso de indicaciones geográficas o marcas colectivas o de certificación.
Esta última medida es de vital importancia para posicionar la piña de alta calidad en mercados de mayor poder adquisitivo, pero también para destinar más piña a la agroindustria mexicana, por ello se sugiere también “fortalecer una postura que evite la implementación de medidas no arancelarias injustificadas que resulten en la restricción del comercio de piña mexicana en los mercados de exportación”.
Para facilitar el desarrollo del producto nacional, en el informe se plantean estrategias para maximizar e incentivar las exportaciones. Entre estas estrategias se encuentran algunas como promocionar la certificación del producto fresco y procesado, documentar y actualizar los paquetes tecnológicos utilizados y diseñar paquetes nuevos que no impacten negativamente en el enlatado, estandarizar la calidad, mejorar el suelo y la utilización del agua, impulsar la producción de diferentes variedades para diversificar mercados y fomentar la diversificación de productos, derivados y subproductos de la piña fresca y procesada.
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