Emmanuelle Allory trabaja para Semmaris, la empresa gestora responsable del funcionamiento y la gestión de Rungis. "En Francia, los productos ecológicos y de proximidad son el futuro. Es más, los consumidores franceses quieren conocer la historia que hay detrás del producto, qué les cuenta dónde y cómo se ha producido. Están dispuestos a pagar más por los productos que cumplen estas condiciones. Normalmente, estos productos tienen una calidad alta. Cada vez más proveedores de Rungis cooperan con los productores locales. Deben estar cerca de los agricultores para ofrecerles a sus consumidores los productos que quieren". Según Emmanuelle, el sector francés de la restauración también se ve afectado por esta tendencia al alza.
Emmanuelle compra productos para la empresa "Tout le frais pour les chefs", que sirve a restaurantes. "Cuando los consumidores comen en un restaurante, prestan cada vez más atención a los productos que encuentran en su plato. Quieren que sean ecológicos y saludables. Las brasseries parisinas reaccionan a esta tendencia.
"En 2017, el número de visitantes de las brasseries parisinas creció. De media, su facturación aumentó un 10-20% con respecto a 2016", añade Emmanuelle.
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