El poliestireno siempre ha sido un material de embalaje muy utilizado en el sector alimentario, entre otros sectores, pero su popularidad está decreciendo. Está previsto que, llegado cierto punto, este material desaparezca por completo del mercado en favor del PET. Este último es un plástico reciclable con buenas características en cuanto a presentación.
El uso de poliestireno está en el punto de mira, pues se trata de un material que no es biodegradable y que, por tanto, supone una amenaza para el medioambiente. Cada vez es más frecuente la elección de materiales de embalaje más sostenibles, parcial o totalmente reciclables. No obstante, son varios los segmentos a los que decir adiós al poliestireno los trae de cabeza. En Bélgica y en Francia, ya se están envasando los primeros champiñones en tarrinas PET, y se supone que Europa no tardará en seguir este ejemplo. Hace poco, se fundó RS Plastics para la comercialización de un nuevo envase para champiñones en Borgloon, Bélgica.
La nueva tarrina está fabricada con PET. "Es un plástico fabricado a partir de material reciclado y que tiene una huella de carbono más baja que cualquier otro material. El PET es la versión del plástico más respetuosa con el medioambiente", explica Raf Ketelslegers, de RS Plastic. "Diría incluso que el PET es más respetuoso con el medio que muchos embalajes orgánicos. Además, el envase tiene una mejor presentación. El PET tiene un brillo maravilloso, y es transparente, lo cual beneficia a la estética del producto. Ni siquiera el poliestileno más claro es tan transparente como el PET". Raf está contento con los últimos progresos. "Ha sido un verdadero avance que los champiñones se envasen ahora en PET. Este material no es nuevo, pero sí para este segmento. Durante mucho tiempo, nos hemos aferrado al uso de tarrinas de plástico tradicional, pero con la vista puesta en el futuro, algo tenía que cambiar. Nos hemos dado cuenta de que Europa promueve este material de manera cada vez más activa, y de que el PET reciclado (RPET) es cada vez más asequible también. Son grandes progresos que nos conducirán a un futuro sostenible".
En alza las tarrinas transparentes y negras para champiñones
El mercado de los champiñones es muy tradicional; aparte de la decisión de utilizar otro material, desde el punto de vista del diseño no ha habido muchos cambios. Por lo tanto, no han tenido que hacerse importantes inversiones técnicas para empezar a utilizar los nuevos envases. Además, según Raf, el material se ha abaratado en los últimos años, lo cual derivará en ahorros inmediatos para los nuevos usuarios. "La tarrina sigue siendo azul, color que se prefiere para la presentación del producto en los Países Bajos y Bélgica. Sin embargo, las tarrinas transparentes y negras están en alza. La tapa se puede unir a la tarrina como de costumbre. Sin embargo, en comparación con el poliestireno, el PET se presta al termosellado, algo que podría resultar interesante en el futuro. Esperamos que el PET se convierta en el material de envasado más respetuoso con el medio ambiente y más presentable en el largo plazo".
Eurochampignon, uno de los mayores productores y envasadores belgas de champiñones, ha tomado la delantera y ahora lo envasa todo en PET. Esta empresa controla ahora más del 50% del mercado belga del champiñón. "Por ello, están dando un claro paso hacia el PET ahora que están diciendo adiós al poliestireno para siempre después de más de 50 años. Resulta muy prometedor para el resto del segmento del champiñón", concluye Raf.
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