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Investigación canadiense
Las alcachofas de Jerusalén llevan su tendencia invasiva en los genes
La capacidad de las plantas invasoras para ocupar nuevos territorios está enraizada en sus genes, según afirman investigadores canadienses observando una especie de la familia de las asteráceas, la alcachofa de Jerusalén. La hortaliza es un plato gourmet, pero supone un problema para los agricultores canadienses y las plantas causan estragos en los campos de Europa.
"Aprender más sobre el desarrollo de las plantas es muy relevante, pues existe un gran impacto por el cambio climático y las especies en todo el mundo están experimentando muchos cambios en su entorno", dijo Dan Bock, quien realizó este estudio como parte de un doctorado en botánica en la Universidad de Columbia Británica.
Comprender por qué las plantas se convierten en invasoras es la clave para proteger los paisajes naturales y la producción de alimentos a nivel mundial. Aunque los investigadores pensaron que habría muchos rasgos genéticos involucrados en el rápido desarrollo, sólo había uno. "Una sola característica de esta planta explica el éxito de la invasión en las múltiples poblaciones", explicó Bock.
La alcachofa de Jerusalén se introdujo en Europa en el siglo XVII para ser producida como alimento, pero fue olvidada una vez que las patatas ganaron popularidad. Sin embargo, las alcachofas comenzaron a extenderse, eliminando a las plantas nativas, particularmente cerca de los ríos.
Según thestar.com, Bock comentó que esta investigación podría eventualmente permitir a los científicos ajustar la composición genética de las plantas invasoras para hacerlas menos agresivas. Pero esa tecnología no existe todavía.