En Suecia, se plantaron a finales de mayo las primeras 5.000 plantas de batata en un campo experimental. Se trata de una iniciativa del Instituto Agrícola Sueco, que colabora en este proyecto con HIR Skåne, una consultoría agrícola sueca. Sin embargo, la introducción de este nuevo cultivo en Suecia no ha sido coser y cantar.
"Quiero que la batata siga siendo un cultivo de nicho, no debe convertirse en un producto de masas", dice la productora Agneta Svensson. Para ella, la rentabilidad es el factor más importante. Lleva experimentando años con el cultivo de batatas y opina que, sin lugar a dudas, esta hortaliza tiene futuro en Suecia. "Es fantástico cultivar nuevos productos, aunque acarrea mucho trabajo y muchos riesgos. Una gran parte depende del precio que los clientes estén dispuestos a pagar. Estos tienen que poder ver el valor añadido de las batatas suecas", explica.
Agneta y su familia producen varios cultivos de especialidad. Señala que las plantas tienen que abaratarse. También existen algunos problemas de técnicas de cultivo que deben resolverse. No obstante, también hay ventajas. Suecia no tiene el problema de enfermedades y virus que tienen en los Estados Unidos y en Israel, donde es necesario el uso de pesticidas para proteger los cultivos. "Nosotros cultivamos nuestras batatas de manera ecológica", añade Agneta.
Proyecto de investigación
El Instituto Agrícola Sueco y Hir Skåne llevan desde el año pasado utilizando los campos de Svenssons para experimentar con el cultivo de batatas. Esta investigación forma parte de un proyecto de tres años. Su objetivo es resolver varios problemas. La intención es cultivar diferentes tipos de batatas y quieren perfeccionar las técnicas de este cultivo. También quieren averiguar cuál es la mejor forma de comercializar las batatas suecas. El año pasado, se probó un gran número de variedades, entre ellas plantas y esquejes de importación. "Este año, queremos comparar las plantas suecas con las importadas", indica Oskar Hansson, asesor en HIR Skåne.
Desafíos
"Las batatas necesitan mucho calor. También es importante que las plantas estén bien arraigadas", explica Hansson. "El año pasado hubo buenos resultados, pero también malos. Una gran porción de la cosecha se quedó en el suelo. Pese a que hizo frío, pudimos cosechar más de 30 toneladas. Por desgracia, la cosecha se complicó por la lluvia en la última parte del año. Este año, estamos intentando plantar algunos campos antes porque queremos empezar a cosechar más pronto, lo cual debería reducir el riesgo de lluvias", concluye.
Fuente: www.landlantbruk.se