GroentenFruit Huis, sus socios de la cadena de suministro y el gobierno holandés han invertido mucho tiempo y energía en abrir nuevos mercados para la cebolla holandesa en los últimos años. Panamá es uno de esos mercados, pues compra un gran volumen de cebollas. La temporada pasada, se exportaron alrededor de 15.000 toneladas de cebollas en el período comprendido entre la semana 29 y la semana 5 de 2018, lo que corresponde a más de 500 toneladas por semana. Gijsbrecht Gunter, presidente de Holland Onion Association (HOA), visitó Panamá del 16 al 20 de abril, como parte de un programa de intercambio de conocimientos, en cooperación con la embajada holandesa en Panamá. A continuación, un informe de su visita.
Productor de cebolla panameño y su producto
La cebolla holandesa se enfrenta cada vez más a restricciones de importación de la amplia gama de destinos de exportación. Además de los aranceles de importación, un período de importación limitado o las licencias de importación, los aspectos fitosanitarios, inocuidad de los alimentos, rastreabilidad, certificaciones y residuos de plaguicidas también desempeñan un papel cada vez más importante. Además, la cebolla holandesa tiene que seguir cumpliendo con las importantes condiciones de calidad, como el color, la firmeza (de la piel) y la fumigación. Por un lado, las condiciones son cada vez más complejas, pero por otro lado es una oportunidad de anticipar y ofrecer a los clientes una cadena de suministro de cebolla holandesa más competente.
Plantación de cebolla con riego por inundación
En ocasiones, las medidas restrictivas para la importación son en realidad agronómicas, pero los intereses políticos suelen estar involucrados, como la protección de la producción local. Los Países Bajos lo entienden y desean ser un socio comercial confiable que trabaja en relaciones sostenibles a largo plazo sin alterar el mercado interno ni practicar el dumping. Después de todo, si el mercado se altera, todos pierden. La combinación de la apertura de los mercados de exportación y el estímulo del desarrollo económico interior van de la mano cada vez más a menudo, y este es un enfoque positivo. Además de los aspectos agronómicos, otros tipos de intereses locales, que no tienen nada que ver con las medidas de importación reales, a veces también influyen. En ese caso, es bueno entablar conversaciones con los gobiernos locales, particularmente cuando existen tratados comerciales subyacentes entre países que garantizan el libre comercio.
El resultado final es que la población mundial continuará creciendo a diez mil millones de personas en los próximos años (2017: 7,6 mil millones), y comerán 15 kilogramos de cebolla en promedio (2017: 12 kilogramos) por cabeza. Esto significa que se necesitarán 150 millones de toneladas de cebollas, y éstas deben cultivarse en una superficie agrícola limitada, lo que supone una duplicación de la producción mundial actual hacia 2050. La pregunta es cómo los Países Bajos, como país exportador, puede continuar abasteciendo cebollas de forma eficiente y distintiva a todos los rincones del mundo.
Futuros agricultores aprendiendo sobre la producción de cebolla holandesa.
Exportar cebollas a Panamá supone una inversión. Los exportadores deben registrarse, las cebollas deben cumplir requisitos de alta calidad y deben ser inspeccionadas, y, además, las cebollas deben venderse en el mercado local dentro de los 120 días posteriores a la cosecha. La llamada 'regla de los 120 días' es importante tanto para las cebollas importadas como para la producción nacional.
Durante la primera visita a la Autoridad Panameña de Seguridad de Alimentos y Productos (AUPSA), quedó claro que la calidad de la cebolla holandesa es excelente en general, y que los Países Bajos también cumplen con la regla de los 120 días. Mientras tanto, otros países exportadores como Chile y EE. UU. también deben cumplir este requisito. Nosotros naturalmente respetamos las reglamentaciones, y observamos que las empresas holandesas exportadoras también cumplen con estos acuerdos. Al mismo tiempo, enfatizamos que la regla de los 120 días en realidad no tiene un vínculo con la calidad de las cebollas holandesas, como afirman algunos panameños. En realidad, más de 100 países aprecian y consumen cebollas holandesas en grandes cantidades 120 días después de la cosecha sin ningún problema.
Visita a un productor local de cebollas que está clasificando su cosecha antes de transportarla al mercado local.
También visitamos varios centros de investigación, una universidad y una escuela agrícola para hablar sobre la producción, el almacenamiento y el procesamiento de la cebolla panameña. Junto al Ministerio de Agricultura (MIDA) visitamos a los agricultores locales durante varios días. Concluimos en que hay cinco causas principales que explican por qué las cosechas de los agricultores panameños son tan diferentes a las holandesas.
En primer lugar, las cebollas son un cultivo libre en los Países Bajos, y algunas veces se comercializan por debajo del precio de coste. Los agricultores panameños se ven a sí mismos principalmente como productores, y opinan que el gobierno debería compensar la diferencia cuando hay precios de coste muy bajos, o que deberían eliminar las cebollas del mercado con una compensación justa. Algunos piensan que la producción de cebolla holandesa recibe muchas subvenciones, cuando no es el caso, y se ha ejemplificado mediante un cálculo indicativo del precio de coste para las cebollas holandesas.
Jornada para unos 50 productores locales y agencias gubernamentales.
Además de los roles del productor y los gobiernos, los altos costes fijos de producción son un obstáculo. Debido a que los agricultores panameños trabajan con las cebollas trasplantadas, la producción requiere mucha mano de obra, se necesita mucha agua y se usan pesticidas, por lo que los costes fijos son de alrededor de diez a doce mil dólares por persona por hectárea, más del doble que en los Países Bajos.
En tercer lugar, los rendimientos son de dos a cuatro veces más bajos, dependiendo de la zona de producción, y combinados con el segundo punto, esto significa que el precio de coste aumenta de cuatro a ocho veces en comparación con la producción de cebolla holandesa.
Plantación de cebolla con riego por goteo, donde hablamos extensamente sobre el uso y la necesidad de dejar un poco verde el bulbo de la cebolla para su protección.
En cuarto lugar, las cebollas cosechadas experimentan importantes pérdidas después de la cosecha y, por lo tanto, deben venderse en los mercados locales en una semana. El rendimiento neto por hectárea es, por lo tanto, aún más bajo. Además, las cebollas siempre se clasifican dos o incluso tres o cuatro veces esa semana por las deficiencias, lo que no sólo afecta al rendimiento, sino que también es caro.
Finalmente, la calidad de las cebollas vendidas localmente no se puede comparar con la calidad de las cebollas holandesas. Los últimos puntos expuestas suponen que los precios a veces caigan drásticamente durante la cosecha debido a una oferta urgente.
Durante las visitas a las plantaciones y las jornadas, se discutieron todo tipo de medidas prácticas. Desde recomendaciones para prevenir quemaduras solares, los desarrollos de los hongos fusarium a altas temperaturas combinados con el riego por inundación, la importancia del verde del bulbo de la cebolla para prevenir enfermedades fúngicas y mejorar el proceso de secado, hasta métodos de producción para usar, por ejemplo, cebollas de siembra de dos años como material de partida en lugar de las actuales cebollas trasplantadas. La mecanización, la importancia de la rotación de cultivos y la disponibilidad de abundante agua también surgieron regularmente en la discusión. En resumen, se revisaron muchos temas que los productores en Panamá pueden aplicar de manera práctica, en cooperación con la cadena de suministro de cebolla holandesa, cuando sea necesario y útil.
Los agricultores locales y los empleados del Ministerio inspeccionan una plantación de cebolla para detectar picaduras de insectos y enfermedades fúngicas.
Las cebollas holandesas no tienen rival debido a sus características fisiológicas denominadas de "día largo", calidad constante y producción y procesamiento eficientes. Sin embargo, hay muchas opciones para mejorar la producción de cebollas locales, ya sea en combinación con otros productos agroalimentarios o no, de modo que, junto a las oportunidades logísticas del Canal de Panamá, haya oportunidades para más comercio y un valor agregado para todas las partes. El exministro de agricultura, que visitamos en su gran finca, se ofreció a ayudar a realizar pruebas en su finca, preferiblemente en cooperación con empresas holandesas e institutos como Wageningen UR.
Con el embajador, Dirk Janssen, y el ministro de agricultura, Eduardo Carles, se organizó una jornada a la que asistió mucha gente, y se examinaron los hallazgos de una visita anterior en 2016. Las presentaciones y las discusiones llevaron a que se aclarasen muchos asuntos, y se formó un ambiente ideal para continuar trabajando en el desarrollo económico agrícola, para continuar exportando cebollas holandesas con ese fin sin impactar negativamente a los agricultores locales.
El embajador Dirk Janssen, el presidente Juan Carlos Varela, Gijsbrecht Gunter y el ministro de agricultura, Eduardo Carles.
En la prensa nacional y en las redes sociales, se siguió la visita, y durante la apertura de La Feria Internacional de Azuero tuvimos la oportunidad de conversar con el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, sobre la relación entre ambos países, y, por supuesto, la producción de cebolla en ambos. Para los miembros de HOA, se presentará un informe de los hallazgos, y estamos trabajando en una próxima visita para hacer un seguimiento.