Al igual que en el resto de Europa, la producción de hortalizas, especialmente de hortalizas como la lechuga iceberg y la espinaca baby, se han visto afectadas por el clima impredecible de esta primavera y este verano.
"Las condiciones meteorológicas han sido muy difíciles esta temporada, con temperaturas de alrededor de 29 grados durante el día y de 10 grados (o menos) por la noche. El tiempo ha afectado a nuestra producción porque muchas lechugas iceberg han sufrido tipburn (quemaduras en la punta de las hojas), lo que las hace inaceptables para la venta", comparte Hubert Bisialski, de Green Factory.
El tipburn es una característica de la lechuga de verano de rápido desarrollo (pero también puede ocurrir en primavera y otoño), y refleja la incapacidad de las plantas para transportar suficiente agua y nutrientes a los tejidos foliares ubicados en el corazón de la lechuga.
"Afortunadamente, tenemos suficiente lechuga para nuestros contratos, pero las exportaciones y ventas adicionales ya no son posibles. Se espera que las próximas 2 o 3 semanas sean secas y cálidas, y me temo que la situación empeorará. Hemos exportado a Italia, pero creo que el Reino Unido e Irlanda notarán más la escasez", lamenta Hubert.
Según Hubert, los precios actuales se han duplicado respecto al año pasado. Este año obtenemos 6 € por caja, en comparación con los 3 € del año pasado. Aunque actualmente la lechuga es un problema, Hubert dice que la situación de las espinacas podría ser incluso peor.
"Con el 100% de nuestra producción al aire libre, somos muy vulnerables al clima, lo que ha sido un problema este año. En este momento no podemos hacer mucho más que verificar y reevaluar la situación en las plantaciones a diario".