Una cantidad récord de drogas están llegando a los puertos españoles como Algeciras y Valencia. A sólo 20 kilómetros de Gibraltar, en la ciudad portuaria de Algeciras, grandes cantidades de cocaína ingresan discretamente a España. Con la atención de los medios puesta en Gibraltar, Algeciras se ha convertido en uno de los principales puntos de entrada del narcótico para el resto de Europa. Entre los cuatro millones de contenedores que llegan cada año al puerto, miles de kilos de cocaína, en su mayoría de Colombia, están camuflados entre bananas, pollos congelados o simplemente metidos en mochilas.
Según el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), publicado hace apenas unos días, la circulación de la cocaína es más alta que nunca, y tienen la información necesaria para probarlo. La cantidad de cocaína incautada en 2016 (el último año con datos disponibles) fue más de 1.000 toneladas, y la cantidad de hectáreas utilizadas para cultivar coca ha batido todos los récords. El tráfico de cocaína, advierte la ONU, ha alcanzado una magnitud descomunal.
Del otro lado de la ley, un narcotraficante veterano de la zona noroccidental de Galicia coincide en que el problema ha alcanzado una nueva dimensión. "Hay más cocaína de la que se necesita, acumulándose en almacenes en Madrid y Sevilla en este momento". El aumento de la oferta parece estar perjudicando los precios.
"Los precios han tocado fondo". Además de Algeciras, otros puertos españoles a lo largo del Mar Mediterráneo (especialmente Valencia y Barcelona) y a lo largo de la costa de Galicia, se han convertido en una puerta de entrada a la cocaína.
Según Javier Cortés, director del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) de Valencia, el puerto de Valencia "recibe más de cinco millones de contenedores al año. Es utópico pensar que podemos revisarlos todos. Pero lo intentamos". El fiscal De Lucas es más pesimista: "Los grandes puertos, ya sea Valencia, Amberes o Rotterdam, son agujeros negros".