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Las innovaciones poscosecha del Volcani Institute ayudan a los productores israelíes


Dr. Ron Porat.

Aunque los productores israelíes tienen, sin lugar a dudas, su dosis de desafíos, como el alto coste de la mano de obra y la escasez de agua, también cuentan con varias cosas a su favor. Una de esas ventajas es el Volcani Institute, la rama investigadora del Ministerio de Agricultura, donde los investigadores trabajan en avances prácticos que ayuden a los productores israelíes a enviar mejor sus productos a todo el mundo.

"Cuando enviamos fruta a Europa, nos lleva más tiempo", explica el doctor Ron Porat, director del departamento de poscosecha en Volcani. "Así que necesitamos garantizar que el producto sea de la mejor calidad, incluso después de cuatro o seis semanas". El trabajo de Porat se centra en los modos de extender la vida útil de los productos hortofrutícolas frescos, y los beneficios del trabajo de su departamento se pueden observar en muchos de los productos que los productores israelíes exportan hoy en día.


Los mangos son muy sensibles a la podredumbre del tallo; el Volcani Institute halló un tratamiento para este problema.

"La podredumbre del tallo es un problema de muchos productos, porque la fruta tiene buen aspecto durante la cosecha y la clasificación, pero la enfermedad se puede desarrollar durante el almacenamiento", explica Porat. Para complicar más las cosas, está la normativa de la Unión Europea que limita la cantidad y el tipo de productos químicos que los productores y exportadores pueden utilizar para tratar la fruta. Debido a que la mayoría de las exportaciones israelíes se destinan a los mercados europeos, es imprescindible que cualquier solución se adapte a las normativas de la UE. Por suerte para los productores, el departamento de Porat fue capaz de diseñar un sistema para combatir la podredumbre sin la ayuda de los productos químicos vetados.

"En el Departamento de Ciencias Poscosecha investigamos mucho la podredumbre y descubrimos que podíamos tratar la fruta contra ella con agua y un baño de ácido suave", relata Porat. "Primero tratamos la fruta con agua caliente, la cepillamos y la sumergimos en la solución ácida". Aunque no es una solución eficaz al cien por cien, Porat asegura que reduce de forma significativa la podredumbre eliminando los patógenos que pueden causarla. De forma similar, las patatas, que son la principal exportación de Israel en volumen, no pueden tratarse con productos químicos porque mucha de la mercancía se destina a países que limitan la exposición de sus alimentos a los productos químicos. Cuando trataron de encontrar la mejor manera de almacenar las patatas, también tuvieron que enfrentarse a los límites impuestos por las normativas de la UE.


Aceite de menta en una caja de patatas para evitar la germinación.

"Hay dos temporadas de cosecha para las patatas, por lo que pasan mucho tiempo almacenadas", continúa Porat. "El problema es que comienzan a germinar pasado un tiempo, y eso tiene como resultado la pérdida de calidad. Antes se podían aplicar productos químicos, pero ahora ya no". Tras muchas investigaciones, los investigadores descubrieron que fumigar las patatas con aceite de menta reducía de forma significativa la germinación en el periodo de almacenamiento.


Envase Stepax Xtend para ampliar la vida útil de las granadas.

Sin embargo, los investigadores de Volcani también son conscientes de la importancia del proceso actual de envío, por lo que dedican mucho tiempo y esfuerzo a dar con formas de transportar los productos con la mínima cantidad de pérdidas. Para las hierbas frescas y las granadas, el equipo de Porat ha diseñado un sistema con el que los productos se envían en bolsas microperforadas de atmósfera modificada para garantizar unas condiciones óptimas durante el transporte.

"Podemos almacenar las granadas durante mucho tiempo en un entorno con bajo contenido de oxígeno y a baja temperatura", señala Porat. "Por lo que la película especial que utilizamos para envasarlos nos permite mantener esas condiciones durante un tiempo prolongado". Mientras que el contenido de oxígeno de una atmósfera normal ronda el 21 por ciento, la bolsa lo mantiene cerca del 15 por ciento, y también regula la humedad, de modo que las granadas se conservan en condiciones óptimas durante todo el viaje. Porat explica que las bolsas garantizan una larga vida útil para la fruta en términos de aspecto físico y calidad interna. Este aspecto es muy importante para productos como las granadas, que cada vez son más valoradas por sus propiedades nutricionales.

"Al principio era imposible almacenar las granadas durante más de algunos días, pero ahora podemos conservarlas durante casi cuatro meses con nuestras bolsas especiales", indica Porat. "Y eso, sin comprometer el sabor o los antioxidantes y polifenoles que hacen que las granadas sean tan apetecibles". Pero las soluciones a los problemas de poscosecha no siempre toman la forma de una bolsa de alta tecnología. A veces, como en el caso de las cebollas y los pimientos, lo único que hace falta es un cambio en el procedimiento.


Cebollas con tratamiento hidrotérmico y sin él.

"Teníamos el problema de que las cebollas se pelaban y no resultaban apetecibles a los clientes", explica Porat. "Así que sometimos a las cebollas a un tratamiento térmico y resolvimos el problema de la pérdida de la piel". De forma similar, aunque el clima cálido y seco del sur de Israel permite a los productores cultivar pimientos durante la mayor parte del año, las áridas condiciones contribuyen a la acumulación de suciedad y patógenos que comprometen la vida útil. Los investigadores de Volcani lo solucionaron con la ayuda de un tratamiento hidrotérmico. El aumento de la vida útil permitió a los productores comenzar a exportar a mercados más distantes, como los Estados Unidos y Canadá.


Izquierda: Manzanas tratadas con gas nitrógeno contra el pardeamiento.
Derecha: Hierbas envasadas en bolsas azules con bandas de color. Cada tipo de hierba tiene una bolsa especial.

Como institución investigadora, Volcani publica trabajos de investigación y su personal asiste a muchas conferencias en todo el mundo. Además, difunden los descubrimientos mediante seminarios a los que animan a asistir a los productores israelíes. Divulgando sus conocimientos, el instituto contribuye a la próspera industria agrícola de Israel. Pero, como Porat apunta, el aumento de la competencia de otros países hace que su misión sea vital: mejorar de forma continua la calidad y la vida útil de los productos hortofrutícolas israelíes mediante innovaciones poscosecha.


Esta es una visión general de varias granadas y su sabor. De este modo, se seleccionan las mejores granadas en función de su sabor.

"Ahora todo está disponible en cualquier momento, por lo que la única forma de que los clientes compren tu producto es que sea de alta calidad y tenga buen sabor", señala Porat. "Ahora hay tanta competencia que siempre tenemos que estar mejorando, y podemos hacerlo con un mejor almacenamiento para conservar el sabor y la calidad".

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