"La producción italiana rara vez se lleva a cabo de manera profesional. La mayoría de los campos de castaños tienen siglos de antigüedad y no es fácil acceder a ellos con medios mecánicos".
Uno de los principales productores europeos es Turquía. Hay empresas en ese país que exportan a Italia todo el año, con el objetivo de abastecer a la industria procesadora.
"Donde mejor crecen las castañas es en las zonas de montaña y en las faldas de las montañas, pero el cultivo moderno se debe adaptar a las zonas llanas para evolucionar".
Enrico Zanzi, técnico de Vivai F.lli Zanzi, explica que la variedad más apreciada es Bouche De Betizac, que se vende en los mercados nacionales y extranjeros. "También hemos estado exportando a Croacia y Bulgaria. La irrigación es prácticamente obligatoria y el marco de plantación es similar al de los nogales, es decir 5 x 5. Los planes de fertilización y nutrición también son esenciales. Los castaños prefieren suelos con un pH bastante ácido".
El cultivo italiano de la castaña debe dar un paso adelante y los productores deben trabajar unidos para que el producto esté disponible al menos dos meses al año con una calidad constante. El envasado y la comunicación deben ser buenos y las castañas se tienen que vender transmitiendo las emociones del territorio de origen.