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El injerto, un método para conseguir plantas más resistentes

La técnica del injerto en frutas como la sandía y calabaza permite cultivar especies sensibles a ciertos patógenos sobre suelos infectados, utilizando el sistema de patrones tolerantes o resistentes. Se trata de una técnica poco contaminante, admisible para producción integrada o cultivo ecológico que ha evolucionado como una técnica alternativa a la desinfección del suelo. 



Según un informe publicado por PROAIN en el que se explican los procesos de injerto en este tipo de frutas, en el caso de la producción de sandía injertada, es considerable el incremento en tamaño del fruto. Tanto la sandía como la calabaza tienen haces conductores dispuestos en grupos dispersos en círculo alrededor del eje del tallo.

El éxito del injerto es muy importante, ya que, si se pone en contacto con el sol una pequeña parte de los tejidos del patrón y la variedad, la unión resultaría deficiente. Aun cuando ya se ha producido una buena cicatrización y comienza el crecimiento de la variedad, una unión escasa puede impedir el transporte de agua suficiente y producir el colapso de la planta injertada.



Algunos de los propósitos del injerto son:
Tolerancia a enfermedades.
En los cultivos hortícolas el principal objetivo es prevenir enfermedades producidas por hongos en el suelo. La variedad sensible a cultivar se injerta sobre una planta resistente a la enfermedad que se desea prevenir.
Incremento en el rendimiento.
Dieleman y Heuvelink (2005) mencionan un incremento del 5 al 15% por efecto de injertar el tomate, asumiendo un buen manejo y adecuada compatibilidad entre el portainjerto y la variedad, en el caso de ciclos largos. El rendimiento está fuertemente correlacionado con un buen vigor de la planta y la resistencia mostrada por el portainjerto a ciertas enfermedades.

¿Qué es el injerto?
El injerto en las plantas es la unión de una porción de tejido vegetal viviente de dos plantas distintas para que se desarrollen como una sola planta, con la ayuda de la lámina este paso se vuelve más sencillo. En el ámbito comercial las especies hortícolas que se injertan son: melón, sandía, berenjena, tomate y pimiento. En hortalizas el propósito del injerto es reducir la infección causada por hongos y nematodos en el suelo. La lámina representa una opción de material de sujeción, que permite ensamblar el patrón y el injerto ara aumentar la firmeza de la unión.



Existen varios tipos de injerto como el de aproximación, donde varios haces de sandía pueden coincidir con algunos de la calabaza que son menos numerosos; el injerto de PUA, en el que hay que procurar que el extremo de la PUA, cortado en horizontal, coincida con el extremo de la incisión en el patrón, también horizontal para que establezca una buena comunicación entre los haces conductores de ambas plantas; y el injerto adosado, donde se establece la mejor conexión entre patrón y variedad, ya que el corte en la calabaza se realiza en una zona especialmente rica en haces vasculares y se suponen casi todos que circulan en el tallo por ambas plantas.

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