Domenico Citterio es el propietario de una empresa especializada en la importación y exportación de patatas para siembra y consumo, con sede en S. Martino Buon Albergo (en la provincia de Verona). Recientemente, se ha pronunciado en relación con la sequía que está afectando a la mayoría del continente europeo. "Estamos haciendo frente a una situación histórica y sin precedentes. La prolongada escasez de agua es llamativa, no ya por el fenómeno en sí, sino porque se abarca una enorme extensión. Casi toda Europa se ha visto afectada, desde el canal de la Mancha hasta el Báltico". Esto es lo que ha declarado después de un largo viaje en el que ha recorrido Escocia, Lituania, Francia, Dinamarca, Alemania y los Países Bajos.
Imagen de la sequía en el este de Alemania. Según los meteorólogos alemanes, no solo han sido mayo y abril de 2018 los meses más calurosos registrados en Alemania, sino que el país ha presenciado también una serie de altas temperaturas en los cinco meses de abril a agosto que han superado los máximos registrados anteriormente en 2003.
En todo el continente, ha hecho un tiempo muy seco. Donde se ha podido regar, la situación parece relativamente mejor; sin embargo, en la mayoría de los casos, los campos no se han regado, ya sea por la falta de estructuras o por las restricciones explícitas de las autoridades, que han dado prioridad al uso civil de los (escasos) recursos hídricos disponibles.
Plantas de patatas para industria, claramente afectadas por la sequía. Las siguientes imágenes también hacen referencia a la situación (hasta el 10 de agosto) en Francia, en la zona de Arras.
"Los rendimientos han estado drásticamente por debajo de la media histórica de cinco años. Si la cantidad ha caído un 25% o un 30% no es muy relevante, ya que afecta a todo el continente europeo. Los pocos países que se han salvado son Italia, España, Portugal y Grecia, pues son principalmente compradores", indica Domenico Citterio.
Además de una deficiencia de doble dígito en los rendimientos, surgen dos problemas en términos de calidad: 1) los tubérculos envejecen antes (por tanto, son menos aptos para almacenamiento); 2) aumenta el recrecimiento de los cultivos. "Con la falta de lluvias, ni siquiera será posible desenterrar los tubérculos por lo compacta que está la tierra. En cambio, si llueve mucho, los cultivos quedan destruidos", advierte el experto.
Los calibres de los tubérculos, de media, son pequeños o medianos, y raramente llegan a 60mm+. Por tanto, si se ve afectado el producto de siembra (donde el calibre es menos relevante), las consecuencias para el consumo serán significativas.
"El mercado italiano no ofrece calibres tan pequeños. Por ahora, solo se han cosechado las variedades tempranas, que por suerte no se han visto muy perjudicadas por las condiciones meteorológicas. El problema lo tenemos ahora con los cultivos principales, que generalmente se desarrollan en agosto, y que todavía hay que comprobar. Como el producto aún no está listo para el consumo, es difícil conocer qué efectos han tenido estas condiciones. Sin embargo, lamento decir que cuando llegue noviembre es posible que la situación se vuelva trágica".
Mientras, la industria procesadora compra patatas para freír a un precio cinco veces mayor que en 2017, cuando abundaba el producto.
"Por desgracia, también hay muy poca esperanza de que los productos importados cubran el hueco de oferta: en Egipto no hay producción en este periodo, la siembra empezará dentro de dos meses y la cosecha, dentro de seis. Por tanto, no podrá llegar nada a Europa hasta febrero o marzo de 2019. He observado una oscilación cada vez más frecuente y preocupante entre situaciones extremas, un vaivén que está poniendo en grave riesgo la supervivencia de decenas de miles de explotaciones en toda Europa. Las tensiones de precio ya han comenzado y, dadas las condiciones actuales, me cuesta decir que al alarmismo actual sea injustificado", concluye Domenico.