"Nigel Jenney: "La Comisión Europea no tiene una estrategia consistente para la aplicación de medidas de control en diferentes países"
Cabe recordar que los cítricos importados de Sudáfrica deberán llevar a cabo un registro precosecha y poscosecha de los tratamientos químicos e inspecciones obligatorias de las plantas de envasado, así como inspecciones oficiales en las plantaciones de cítricos. Las autoridades de Sudáfrica tendrán que tomar una muestra por cada 30 toneladas de entre al menos 600 tipos de cítricos que existen en el país y toda la fruta que presente síntomas será sometida a examen. No se hará ninguna distinción entre los cítricos para consumo en fresco y los cítricos para procesamiento.
“La decisión aporta certeza al sector y, de forma alentadora, no legisla prohibiciones automáticas después de un cierto número de intercepciones de antracnosis, una posición discutida en el pasado", continúa Justin Chadwick. "Obviamente, la decisión deja sitio para imponer ‘medidas adicionales’ tras cinco intercepciones”.
Sin embargo, "el pronóstico a largo plazo para el sector sigue pendiendo de un hilo. El sector de los cítricos sudafricanos ha hecho un gran esfuerzo y ha incurrido en un coste excesivo para demostrar su compromiso y respeto en cuanto a la posición europea sobre la antracnosis, incluyendo el régimen de pruebas y un proceso exhaustivo de gestión de riesgo”, afirma Chadwick. “Esto no es ni sostenible económicamente ni justo, ya que Sudáfrica ha sido elegida para este tratamiento especial por la UE a este respecto”.
Nigel Jenney, del Consorcio FreshProduce (FPC, por sus siglas en inglés), afirma: “Estamos muy decepcionados de que no haya habido un apoyo suficiente a la propuesta de Reino Unido de una derogación de los cítricos destinados al procesado. La Comisión no ha tenido en cuenta las recomendaciones de sus propios expertos científicos para reconocer la demarcación entre regiones productoras de cítricos y no productoras de cítricos”.
“Tras mucho esfuerzo, el FPC ha ayudado a garantizar un planteamiento más sensato que creemos que puede ser llevado a cabo por los exportadores sudafricanos”, explica Nigel Jenney. “La Comisión no tiene una estrategia consistente para la aplicación de medidas de control en diferentes países con respecto a la seguridad fitosanitaria. La comunicación con la industria cuando los problemas son detectados es demasiado escasa y llega demasiado tarde. Lo cierto es que es una lotería, más que una estrategia para el control fitosanitario basada en el riesgo. Esperamos que la gestión de la Comisión no ponga en peligro las exportaciones europeas a países terceros”, añade Nigel Jenney.