Giuseppe Termanini, director del Grupo Lagnasco, afirma que “podríamos decir que las cosas no están yendo bien, ya que nos harían falta unas temperaturas más cálidas, sobre todo para los consumidores. Las ventas de melocotones, melones y sandías sufren cuando las temperaturas bajan, así que el mal tiempo afectará al mercado”.
“El mercado no depende sólo de la capacidad de gasto, sino también de nuestra capacidad de trabajar juntos. Los minoristas son los únicos interprofesionales que se están organizando para lidiar con la crisis económica y limitar su impacto en los balances de las compañías. Estamos perdiendo una gran oportunidad, necesitamos una estrategia única para todo el sector”.
“El tiempo también nos está afectando a nosotros. La fruta de verano se vende a precios espantosos. La primavera ha sido bastante cálida, así que esperábamos un buen verano. Tratamos de preservar la calidad de la fruta, pero las fuertes lluvias y el granizo no ayudaron a las buenas prácticas agrícolas. Será probablemente un buen año para la industria del procesado. Si el tiempo lo permite, empezaremos a cosechar nectarinas Big Top entre el 9 y el 10 de julio”.
“Me entristece oír que algunos productores están preocupados por no poder vender toda su fruta, pero necesitamos hablar más entre nosotros y contrastar nuestras situaciones, de modo que podamos tener una segunda oportunidad si la situación es mala”.
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