De acuerdo con Adolfo Mesas, jefe de producción de La Veguilla, en Las Pedroñeras, “esta campaña empezó arrastrando los malos resultados de la anterior. Podríamos decir que es incluso peor, con precios que no alcanzan a cubrir los costes de producción”.
“Si nos remontamos a la campaña de 2010, recordaremos que fue un buen año en cuanto a precios, lo cual atrajo a nuevos agricultores a plantar ajo, coincidiendo con la subida del paro en España”, explica. A esto hay que sumarle el incremento en producción de países como Italia o Francia, donde hacía años que se había abandonado significativamente el cultivo de ajo por la pérdida de competitividad y volvieron a animarse a producir por los altos precios. “2010 fue un año muy bueno para todos los bolsillos, pero ahora la situación se ha revertido”.
“A partir de entonces, el consumo empezó a caer por los efectos de la crisis económica a medida que crecía la superficie y ahora nos encontramos con un desequilibrio entre oferta y demanda”, continúa Adolfo.
Por otra parte, los excedentes de stock de la campaña pasada “no fueron muy representativos ni influyeron de manera importante”. Además, agrega que “para comercializadores como nosotros, cuyos clientes son mayoritariamente cadenas de supermercados, sería bastante peor quedarse sin producto y cortar el suministro”.
Como dato positivo, Adolfo resalta que ésta se trata de una campaña de ajo “de calidad excepcional”, ya que ha influido de manera muy positiva el clima seco, que dificulta la presencia de enfermedades. “La calidad es incluso superior a la del año pasado”, asegura.
La Veguilla produce y comercializa ajo de las variedad Morado principalmente, además de Spring y ajo Blanco, siendo en torno al 80% producción propia.
La Veguilla exporta alrededor del 70% de sus ajos, principalmente a países de la Unión Europea, además de Israel, Argelia, Marruecos y destinos de ultramar como Brasil, Haití y Estados Unidos en campañas con oferta abundante. “Argelia es un gran cliente nuestro por el valor que dan sus importadores al ajo Morado, al igual que Marruecos”, asegura Adolfo Mesas.
En cuanto a la repercusión del veto ruso sobre las exportaciones de ajo español, Adolfo opina que aunque España no envía directamente a Rusia cantidades significativas, que a su vez importa principalmente de China, “puede notarse una ligera bajada de los pedidos por parte de países re exportadores como Holanda”, explica. “Algunos también podrían aprovechar el veto ruso para rebajar los precios de compra”, añade.
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