El consumidor moderno, gracias al mayor acceso a la información, está cada vez más preparado para realizar buenas decisiones de compra. Y ya no solo le preocupan la calidad y el precio de los productos, sino que busca que sean elaborados de forma sustentable.
Paradójicamente, hay tantas opciones en las tiendas que se hace casi imposible tomar una decisión y comprar lo que uno realmente deseaba.
Hoy en día se desperdicia demasiado; según la Asociación Británica de ingenieros Industriales (IME) en 2013 se desperdició la mitad de los alimentos producidos a nivel mundial.
“El cambio tiene que venir desde quienes producimos, distribuimos o comercializamos frutas y hortalizas porque es nuestra responsabilidad”, comentó Hugo.
Sin embargo, según Stefan Adriaan Coppelmans, director general da LA VITA ALIMENTOS AGROINDUSTRIA LTD, resulta utópico imaginar que algún día se terminará completamente con el desperdicio.
“El desperdicio es como una uña, siempre tienes que recortarlo, ya que, si no, volverá a crecer”, agregó Copperlmans.
Stefan Adriaan Coppelmans, director general da LA VITA ALIMENTOS AGROINDUSTRIA LTD
Las formas de desperdicio se dividen en tangibles e intangibles.
En el caso de los tangibles, es muy importante elegir el envase pensando en desperdiciar lo mínimo posible, reducir los errores en la logística, ya que tienen un efecto negativo importante, y reducir el consumo de agua y energía.
Los intangibles son aquellos que se generan por la deshidratación de los vegetales durante el almacenamiento previo al procesado, la mala administración del tiempo, el re-work y la alta rotación del personal, cuando los talentos abandonan una compañía luego de que estas invirtieron tiempo y dinero en ellos.
Turnos de trabajo muy largos. En la industria es algo muy normal que los turnos de trabajo sean muy largos, pero sabemos que los equipos que realizan muchas horas extras se cansan y pierden dedicación y efectividad y esto genera más residuo y menor productividad.
Tenemos que identificar el desperdicio; preguntar a nuestros empleados y realizar auditorías son formas muy útiles de hacerlo. Hay que priorizar qué desperdicios son los más importantes y diseñar estrategias para reducirlos.
“Diseñar un solución es relativamente fácil. Lo difícil es implementarla y mantenerla a lo largo del tiempo”, finalizó Coppelmans.