“El único problema es que no se sabe cuánta de la fruta que Brasil envía a Europa (60 a 90 contenedores semanales de lima y 200 de mango) llega a través de importadores europeos, y también hay un problema de logística, ya que el mango es bastante sensible y Rusia un país muy grande”.
Hasta ahora, Argofruta ya ha enviado contenedores de mango a San Petersburgo, pero únicamente en negocios spot. Rusia está interesada principalmente en la variedad Tommy Atkins.
Para facilitar el negocio con el mercado ruso y evitar el riesgo de impagos, Argofruta hace uso de los llamados seguros de crédito. Daniel indica que “siempre y cuando la fruta llegue en buen estado, el seguro abona un 90% de la factura en caso de impago”.
“Esto también previene que los importadores rusos se enfrenten a problemas de liquidez debido a tener que pagarlo todo por anticipado. Solo en caso de que el seguro no acepte al cliente exigimos el 90% del pago por anticipado”.
La fruta con la que comercia la empresa proviene tanto de sus propias plantaciones como de productores asociados. La operación de mango se sitúa principalmente en Petrolina, que es de donde sale la mayor parte del mango brasileño de exportación. Según Daniel, esto se debe a que “el clima de la zona permite minimizar el uso de agroquímicos y obtener excelente calidad en la fruta”.
Otro aspecto destacable es que para el sector minorista está cobrando especial importancia el establecimiento de relaciones directas con los proveedores. “En el pasado, las ventas se concentraban en los mercados de abastos, pero ahora los supermercados, cada vez más concentrados, buscan proveedores con trazabilidad total”, subraya Daniel.
En lo que respecta a variedades, en Brasil los mangos más populares son el Tommy Atkins y el Palmer; este último, que al igual que el Keitt y el Kent, no tiene fibra y ofrece la ventaja de poder ser producido todo el año, lo que permite una fidelización del cliente.
“El año pasado, hasta la semana 26, Brasil exportó casi 1.000 contenedores, mientras que en la segunda mitad del año, casi 3.000; esto indica que la parte fuerte de la campaña está en el segundo semestre, principalmente en los meses de septiembre a noviembre”.
“Este año, la temporada llega con retraso. Hubo un pequeño hueco en agosto, aunque el mercado europeo está bien abastecido, ya que, además de mango brasileño, también dispone de fruta israelí y africana”, explica Daniel.
Finalmente, un punto que crea inquietud en la industria brasileña es cuál será la reacción del mercado cuando España entre con volúmenes importantes en los meses de septiembre y octubre, en conjunto con mango de Brasil, “ya que España tiene potencial para convertirse en un competidor importante en el mercado del mango sin fibra, el preferido por los europeos”, concluye Daniel Briso.
Daniel Briso
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