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¿Están los inversores locos por querer comprar Chiquita?

Con la compra de la compañía irlandesa de fruta tropical Fyffes, el importante productor de bananas Chiquita Brands controlará en torno al 20% del mercado de exportación de bananas global, razón por la que resulta obvio que quiera realizar la transacción. El acuerdo original, que dividiría la propiedad de la nueva compañía casi en partes iguales entre los dos grupos de inversores, fue descartada rápidamente por los consejos de administración de ambas compañías fruteras.

Lo que no está tan claro es por qué el productor brasileño de zumo Grupo Cutrale quiere arriesgarse a pisar una piel de plátano intentando adquirir primero Chiquita.

Ingredientes de una macedonia
Es comprensible que, debido a que sus respectivas industrias están de capa caída, ambas compañías quieran mejorar su posición de mercado relativa. Chiquita es el segundo principal comercializador de bananas de Norteamérica, mientras que ocupa el primer puesto en los supermercados de los Estados Unidos. Cutrale controla en torno a un tercio del mercado global del zumo de naranja, valorado en 5.000 millones de dólares.

Aunque las bananas están sufriendo precios bajos en los Estados Unidos y el descenso de volúmenes en Europa, las ventas de zumo de naranja están mostrando problemas similares: las ventas minoristas de los Estados Unidos alcanzaron el mínimo de los últimos doce años en julio, un 8,3% menos respecto de la cifra del año anterior, mientras que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos señaló que el consumo mundial estaba previsto que cayera un 3,4% en 2014.

En la superficie, las dos compañías fruteras podrían verse reforzadas con una fusión. Además de zumo de naranja, Cutrale también tiene operaciones globales con manzanas, melocotones y limones, e incorporar el respetado nombre de Chiquita en las bananas (además de sus propias operaciones diversificadas en ensaladas y piñas) le ayudaría a competir contra Fresh Del Monte Produce, el segundo mayor productor de bananas, y Dole Foods, quien asegura ser "el mayor productor y comercializador del mundo de frutas y hortalizas frescas de alta calidad".

Sin embargo, hay varios ejemplos reales que pueden demostrar que unir dos compañías débiles no da lugar a ninguna entidad sana, sino que más bien lleva a un rápido declive de ambas partes implicadas.

Salsa agridulce
Cutrale cuenta con el apoyo del Grupo Safra, uno de los principales bancos de Brasil; su plan de adquisición fue visto, en general, como el mejor acuerdo para los accionistas de Chiquita, y las acciones de Chiquita subieron tras la oferta.

Sin embargo, en lugar de aceptar la oferta, el productor de bananas la utilizó para negociar concesiones adicionales con el consejo de administración de Fyffes, es decir, aumentar hasta casi el 60% la participación de la propiedad que los inversores de Chiquita tendrían en la nueva compañía, que, al parecer, inclina la balanza a favor de la fusión de la compañía frutera.

En Wall Street hay quien piensa que Cutrale todavía puede alcanzar un valor significativo con la adquisición de Chiquita si aumenta su oferta de 13 dólares por acción a 16 o 17 dólares, pero los inversores de Chiquita podrían querer pensárselo largo y tendido antes de acceder a una fusión con Cutrale.

Una pendiente resbaladiza
Las bananas generaron 537.3 millones de dólares en el segundo trimestre para Chiquita, el 65% de su facturación total, pero prácticamente la totalidad de sus beneficios operativos. Las ensaladas, por otro lado, generaron 249,3 millones de dólares, o el 30% de la facturación total.

Eso significa que Cutrale tiene razón en que Chiquita puede hacer más para invertir en el mercado de las ensaladas para dejar de depender de las bananas, pero no significa que el productor de zumo sea el indicado.

Debido a que los estragos de la enfermedad están consumiendo el futuro de ambas compañías, habría que estar loco para unir estas dos frutas.

Fuente: fool.com
Fecha de publicación: