“Freír un pimiento no es algo que se haga mucho fuera de España, aunque a todos los que lo han probado les ha gustado”, comenta Henry Smienk, responsable de marketing de Ramiro Arnedo.
“Es importante destacar dos características de un pimiento para freír, ya que no todos los pimientos son óptimos. En primer lugar, el pimiento debe tener una pared fina para que no absorba mucho aceite, y segundo, no tiene que formarse una piel al freírlo que no se pueda comer”, explica.
Cuando hablamos de pimientos para freír nos referimos sobre todo a pimientos tipo padrón, pimientos dulces tipo italiano y a los pimientos tipo cristal.
En lo que se refiere a pimientos tipo padrón, destaca la nueva variedad Boiro F1, cuya precoz y productiva planta tiene un vigor medio-alto, con buen porte para cultivos de aire libre y de invernadero. El fruto se caracteriza por un color verde oscuro, y una forma más alargada respecto a su antecesor Celta F1, así como un a superficie más rugosa y asurcada. Se aconseja su trasplante a mediados de agosto y en diciembre.
“En cuanto a los pimientos para freír tipo cristal, aunque menos conocidos, son muy típicos del norte de España y destacan por su excelente sabor, la textura de la carne y un tamaño perfecto para freírlos enteros”, indica Henry. En esta tipología, Ramiro Arnedo lanza su novedad Bohemia F1.
Finalmente están los pimientos tipo dulce italiano, los pimientos clásicos para freír, en los que la firma española lanza novedades como Vinci F1 y Cicerón F1 para invernadero y Bari F1 y Nerón F1 para su cultivo al aire libre. Sus plantas se caracterizan por ser fuertes, productivas y con dominancia en los tallos principales con un excelente rebrote. Sus frutos cuentan con una pared fina y rugosa y un color verde oscuro brillante. La longitud de estos pimientos oscila entre los 20 y 22 centímetros.
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