“En general, se observa una producción de calabacín superior a la del año pasado en la provincia de Níjar, donde muchos agricultores se han decantado por este cultivo en detrimento del tomate por su alto y constante rendimiento, así como por el bajo coste de sus semillas. Por el contrario, en otras zonas productoras como Las Norias y el Ejido la tendencia es a la baja, con un 10% menos plantado este año, por lo que los volúmenes totales de campaña podrían ser similares a los de la campaña pasada”, cuenta Juan Sillero, del departamento técnico de Frutas Escobi.
La campaña de calabacín empezó con precios que superaban los 2,00 euros el kilo en origen, de los cuales se beneficiaron aquellos pocos agricultores que plantaron en agosto. Durante la semana 46 se ha estado pagando a una media de 0,40 euros el kilo en origen, aunque se espera que en las próximas semanas tienda a subir por la finalización de las plantaciones de ciclo temprano, que terminarían en quince o veinte días, en opinión de Juan Sillero.
Con sede en Las Norias, Frutas Escobi cultiva sus propios calabacines que distribuye principalmente en los mercados de exportación, principalmente en Reino Unido, Francia, Bégica, Países Bajos, Alemania y Escandinavia y países del Este. “Rusia era un mercado en el que colocábamos calabacines de calibres grandes, pero desde que se implantó el veto hemos tenido que buscar la manera de cultivar calibres más pequeños”.
Con la marca Escobi, el calabacín se comercializa sobre todo en cajas de cartón, con flow pack y filmado, ya que se destinan principalmente a las cadenas de la gran distribución.
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