El presidente de la Asociación Australiana de Productores de Lichi, Derek Foley, dice que las frescas temperaturas de la primavera han retrasado la fructificación en muchas regiones, lo que ha rebajado las previsiones de cosecha. "Acabamos de empezar, pero probablemente obtengamos 1.700 o 1.800 toneladas, lo que no se aleja mucho de lo obtenido el año pasado", indica Foley.
"Ahora estamos buscando 2.500 toneladas [nacionalmente], pero se han sucedido algunas decepciones por el camino, durante los últimos cinco años, con diferentes incidencias meteorológicas. De media, creo que iremos con dos semanas de retraso; evidentemente, variará según zonas, pero no cabe duda de que no será una temporada temprana".
Tradicionalmente, los lichis alcanzan su precio máximo en noviembre, que cae rápidamente durante diciembre a medida que aumenta la producción. Foley añade que aunque los consumidores pagarán más por la fruta durante las celebraciones navideñas, los productores necesitan precios más altos para compensar la escasez de producción.
"Desde el punto de vista de los productores, se esperan 8 o 9 dólares por kilo para la fruta prenavideña, teniendo en mente que la oferta no será la habitual", subraya. "Los costes no dejan de aumentar, por lo que los productores buscan un mejor superior a la media para compensar el constante incremento en espiral de los costes".
Los primeros lichis australianos se dirigen a los Estados Unidos
Pese al decepcionante comienzo de la temporada, la industria del lichi se prepara para enviar su primer envío de prueba a los Estados Unidos.
Foley explica que una pequeña cantidad de fruta será sometida a un tratamiento de irradiación para cumplir con los requisitos de bioseguridad, un proceso ya utilizado por los exportadores de mango.
"De hecho, nos hemos asociado con la industria del mango para empezar a hacer algunos envíos piloto a los Estados Unidos", aclara. "Es un mercado enorme y nos encantaría pensar que un catalizador como ese pueda despertar mucho más interés por la industria del lichi. Pero son los protocolos lo que tenemos que cumplir antes de empezar a enviar volúmenes, para que este programa continúe en los tres años siguientes.
"Estudiaremos lo que quieren y cómo podemos cumplirlo, y, con suerte, construiremos lo que yo llamaría una base sólida, en vez de hacerlo con Dios y ayuda".