De las 14.000 toneladas de espárragos importadas al Reino Unido el año pasado, la mayoría —unas 8.000 toneladas— provinieron de Perú, el mayor exportador del mundo de este cultivo.
Los expertos advierten de que la producción peruana de esta hortaliza, que se ha disparado en la pasada década, es probable que se vea afectada por las temperaturas extremas que los científicos afirman que se harán más comunes debido al calentamiento global.
La mayoría de los espárragos peruanos se cultivan en una zona, el valle del Ica, que ya sufre una grave escasez de agua.
Juan Carlos Riveros, director de conservación de WWF Perú, indica que sus habitantes ya sufren un suministro de agua intermitente, ya que se desvía al riego de cultivo, y que los niveles de los acuíferos están cayendo. Según él, es probable que el cambio climático dé lugar a una cantidad de precipitaciones incluso menor la mayoría de los años, lo que agravará el problema. Es probable que el calentamiento global aumente la incidencia de los años de El Niño, lo que dará lugar a unas condiciones meteorológicas cálidas y lluviosas atípicas.
Con aguaceros tan fuertes, el cultivo de espárragos será arrastrado y así se destruirá el sustento de los trabajadores de la región. "Un año con demasiada agua como El Niño o de sequías graves sin que se recargue el acuífero dejará, de repente, a 100.000 personas en la pobreza", asegura.
El director sugiere que los agricultores podrían tener que "diversificarse", cultivar menos espárragos y plantar otros cultivos como pimientos, que se adaptan mejor a las condiciones.
Irónicamente, la exportación de espárragos peruanos convierte al Reino Unido en un contribuidor al calentamiento global, debido a las emisiones de carbono de los vuelos de 9.600 kilómetros.