"Las condiciones meteorológicas han sido muy variadas este año. En septiembre, en una franja a los pies de los Andes, donde crecen la mayoría de los kiwis, se padecieron algunas heladas, lo que causó la pérdida de un porcentaje de kiwis. Después de esto, hemos tenido una primavera muy cambiante que no ha favorecido precisamente la polinización. En diciembre, cayó algo de lluvia, pero en las últimas dos semanas ha llovido de nuevo en las zonas productoras de uva. Esto va a influir con toda seguridad en todo aquello que se tiene que recolectar a partir de ahora, particularmente las Thompson", comenta André. "En enero, las temperaturas se mantuvieron altas, y esto ha provocado que el tamaño de algunas variedades se haya estancado un poco. A esto hay que añadir que la maduración también se ha alterado. Por tanto, las circunstancias han sido cambiantes, y la falta de agua también está causando problemas. En otras palabras: no está siendo un buen año, aunque se puede soportar bastante bien”.
Uva
En estos momentos ya ha salido de Chile mucha uva. "Asia tiene precios muy buenos para la uva sin pepitas, y si el envío tiene la calidad correcta, las expectativas son también buenas. Estados Unidos está siendo un buen mercado hasta el momento y ahora está recibiendo picos de llegadas. Por lo tanto, las próximas semanas van a ser muy interesantes, con algo de presión en el mercado", afirma André. "Las expectativas de la uva para almacenamiento son muy buenas en Estados Unidos. Europa no ha recibido mucho de Chile hasta el momento, debido a la disponibilidad de producto proveniente de Sudáfrica. En general, los productores son reticentes a enviar producto a Europa debido a la tasa de cambio negativa, la estricta y a veces impracticable regulación sobre seguridad alimentaria y la sensibilidad del mercado. No espero mucha presión en Europa en lo que respecta al volumen. Esperemos que Chile actúe con buen criterio, enviando la calidad correcta en volúmenes ajustados. De este modo, el mercado podrá ofrecer precios razonables en abril y mayo".
Fruta de pepita y kiwis
En cuanto a la fruta de pepita, Van Tuil afirma que la temporada está siendo normal en volumen y tamaño. "Estamos teniendo unas cosechas normales y los mercados de Asia y Latinoamérica parecen en buena forma. Europa y Estados Unidos están entrando más tarde, probablemente debido a las elevadas existencias nacionales de manzanas y peras. En Chile, se han guardado grandes cantidades en cámaras de atmósfera controlada de modo que se puede aplicar ahora una buena estrategia de comercialización. La cosecha de kiwi es un 25% menor de lo normal, pero, por supuesto, mucho mayor que la del año pasado, cuando se heló la mitad de la cosecha. Hasta el momento, la calidad y las condiciones parecen mejores que el año pasado. También vamos a poner un gran porcentaje de kiwis en refrigeración de atmósfera controlada de forma que se producirá una mayor distribución mundial".
Los flujos globales de la fruta han estado cambiando considerablemente en los últimos años. “Está claro que Europa está perdiendo poder de importación y Rusia también ha perdido parte de su brillo debido a la situación política. Asia sigue evolucionando, pero establece altos requisitos de calidad, aunque también pagan precios premium. El volumen que Chile envía a Asia aumenta con fuerza de año en año y, mientras, Latinoamérica se está consolidando y estableciendo como un mercado cada vez más fiable. Estados Unidos es estable y sigue siendo uno de los mercados más importantes para Chile. Chile se está beneficiando mucho del gran número de acuerdos de libre comercio que ha establecido a lo largo de los últimos veinte años y con los que ha creado una red de distribución global”.
Tasas de cambio
La tasa de cambio tiene un gran impacto sobre la exportación de fruta. “El peso chileno ha perdido valor en comparación con el dólar y el euro ha perdido mucho valor también. Por supuesto, esto hace que los países del dólar sean más interesantes que Europa, porque el producto se encarece alrededor de un 17% sólo por la tasa de cambio. Lo mismo sucede con Rusia, que, debido a la caída del rublo, no tiene el poder que solía convertirla en un mercado interesante. Así que, fundamentalmente, se benefician Estados Unidos, Latinoamérica, Oriente Próximo y el Extremo Oriente”.
Floris Jan van Os, de Olympic Fruit, en una plantación de kiwis
Combifrut, como es natural, adapta su estrategia a la evolución internacional, lo que supone que el crecimiento está fundamentalmente fuera de Europa. “Como parte del grupo Olympic Food, tratamos de hacer todo lo que podemos por los programas que tenemos como grupo con nuestras compañías minoristas y asociadas, pero no vemos muchas oportunidades en el mercado al contado este año. Nos centraremos en la calidad, la seguridad alimentaria y la presentación”, comenta André. “Ayudamos a nuestros productores directamente en el origen. El comercio se está haciendo más transparente y más complicado. Un error puede salirte muy caro, así que la cooperación y la integración son cada vez más importantes. El número de variables en nuestro sector también es muy amplio y aumenta en lugar de disminuir. Por tanto, la evolución del mercado global es inevitable, si quieres seguir haciendo lo correcto para el productor y para el cliente”.
Las plantaciones como base
“El ciclo de la fruta es largo, por lo que las asociaciones a largo plazo son esenciales desde todos los puntos de vista. La ejecución de una estrategia requiere ajustes continuos y mucho esfuerzo. Al final, se trata de que todo el mundo en nuestra cadena entienda que tenemos un interés común. De este modo, nosotros, como parte del grupo Olympic Food, hacemos todo lo que podemos para garantizar la calidad, la seguridad alimentaria y la continuidad, y puede verse que el trabajo en la plantación es, al final, la base de todo. Esto no es una fábrica, así que invertimos en la relación con el productor y en la integración de la producción, mediante lo cual obtenemos un mayor control sobre la cadena. Así, la estructura de la compañía está principalmente orientada a la producción, el envasado y la logística. A largo plazo, esto debería dar resultados. Al final, se trata de que todo el mundo esté implicado en la cadena y obtenga buenos resultados, para seguir mejorando y garantizando la continuidad de la cadena. En última instancia, todas esas facetas juntas determinarán el resultado. Y esa ecuación debería funcionar”, concluye André.
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André van Tuil
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