"Al productor le gusta que la Olivia sea fácil de cultivar en todos los ambientes y climas. Es resistente al Fusarium raza 3, al Fusarium de la corona y a los nematodos, entre las resistencias estándar, por lo que se puede prescindir de la poda y se reduce la necesidad de productos fitosanitarios. Su vigor le otorga una larga temporada de crecimiento en la que produce entre 14 y 25 racimos", explica Yair Askira, de Hazera.
La compañía menciona que el envasador y el expedidor se benefician de que el Olivia sea un fruto firme, porque soporta bien los largos trayectos desde el campo hasta el mercado y su tamaño uniforme lo hace fácil de envasar.
Los minoristas reciben un tomate rojo, atractivo y muy sabroso con una prolongada vida útil. Como producto de marca, el Olivia puede percibir precios altos. "Los clientes se llevan un tomate de un sabor excelente y dulce —su Brix es del 8-9 por ciento— estupendo para tomar como aperitivo".
"Su reforzada resistencia reduce la exposición a productos fitosanitarios, lo que convierte al Olivia en una mejor opción para los productores y los consumidores", recalca Yair Askira.