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Cada vez hay más tomates neerlandeses, también en invierno

Se está instalando iluminación en una porción cada vez mayor de la superficie neerlandesa dedicada al cultivo de tomates, lo cual tiene un efecto sobre los precios. Hace tres años, alcanzaron más de 200 euros por cada 100 kilos. En los últimos años, el precio no ha sobrepasado lo 160 euros por cada 100 kilos. Pese a ello, la superficie bajo iluminación continúa creciendo.

Anteriormente en este mismo siglo, la iluminación todavía no era rentable, pero con las lámparas más reciente se ha hecho posible cultivar tomates durante todo el año. La productora de tomates Lans fue la primera compañía en suministrar durante todo el año gracias al uso de la iluminación. En 2006, según el LEI (Instituto de Investigación Agroeconómica), ya 140 hectáreas estaban equipadas con iluminación. La mayor expansión se ha producido en los últimos cinco años. En 2013, ya había unas 400 hectáreas (20% de la superficie) y los instaladores calculan que la superficie bajo iluminación este año en los Países Bajos ha crecido un 10%, hasta alcanzar 550 hectáreas.

El principal destino de exportación de los tomates neerlandeses es Alemania. Los consumidores alemanes prefieren comprar productos alemanes, pero en Alemania no disponen de suministro de tomates durante todo el año. Generar energía propia sigue estando fuertemente gravada, y en parte debido a que no es interesante generar energía para los cultivos iluminados. Si no hay suministro de producto alemán, los tomates neerlandeses se valoran mejor en términos de precios que las importaciones españolas y marroquíes. Las cifras de mercado (Ministerio de Economía alemán) para la semana 2 muestran que se pagaron 1,49 euros por los tomates en rama españoles, frente a los 1,69 que se pagaron por los belgas y los 1,74 por los neerlandeses. Si los precios aumentan, como ocurrió en la semana 3, el precio de los tomates neerlandeses alcanza 2,25 euros, mientras que el producto español se detiene en 1,80. Si la calidad de la oferta española y marroquí desciende, la diferencia de precio durante la temporada de iluminación puede ser de hasta 1 euro por kilo.

El precio de los tomates neerlandeses cultivados bajo iluminación es sustancialmente mayor que el del producto español y marroquí. Un informe elaborado por McKinsey sobre la posición de la horticultura de invernadero neerlandesa muestra que un envase de tomates neerlandeses, con costes de procesamiento y logística incluidos, alcanza en el mercado alemán 1,50-1,70 euros. Mientras tanto, la producción española en Alemania logra 0,90-1,00 euros y el producto de Marruecos cuesta entre 0,70 y 1,20 euros en los supermercados.

Prima la iluminación
Los mayores precios en la temporada de invierno son otra de las razones para escoger la iluminación. Uno de los pocos desarrollos de la horticultura neerlandesa, propiedad de los viveros Agro Care, también está equipado con lámparas. "En verano hay tomates más que suficientes", dice el director Kees van Veen. "Pero creo que todavía hay espacio para el crecimiento en invierno; por tanto, estamos estudiando cambiarnos a otro cultivo durante el verano y estar en el mercado del tomate cuando no está tan saturado".

Otra cuestión es que muchos viveros de tomate están equipados con una generación combinada de calor y energía, con el uso de gas para generar electricidad y calor. El calor se usa para los cultivos y la electricidad para suministrar a la red. Ahora, la situación ha cambiado. Los precios de la electricidad han caído tanto que ya no es rentable usar la cogeneración. Instalar iluminación es una de las formas de seguir usando electricidad de forma rentable. Un tercer argumento es la conservación de los clientes. "Los Países Bajos siempre garantizan un producto seguro y de calidad", apunta Maurice Langeslag, de ZON Fruit & Vegetables. Esto resulta interesante para las organizaciones de ventas y de productores, pues "con el suministro de un producto de calidad durante todo el año, no perdemos cuota de mercado en los cambios de estación".

Mercado bajo presión
La creciente superficie iluminada, evidentemente, también tiene un lado negativo. Según los comerciantes, el mercado está bajo presión y la situación ya no es tan buena como hace algunos años. El suministro español es cualitativamente mejor y, simplemente, cada vez hay más producto neerlandés en invierno. "Los productos no se pueden comparar, pero nos damos cuenta de ello", dice un comerciante. Esto se ve claramente reflejado en los precios de los productores, publicados por el LEI. En el invierno de 2010/2011 y 2011/2012, los tomates neerlandeses seguían alcanzando picos de más de 200 euros por cada 100 kilos. En los dos últimos años, los precios se han mantenido a en torno a 160 euros por cada 100 kilos.

Oportunidades
En invierno, sin embargo, sigue habiendo oportunidades. En los Países Bajos, los tomates en rama y los cherry son los que más se suelen cultivar bajo iluminación. Para estos, la frescura del producto es importante; los tomates en rama de España o Marruecos pierden calidad, mientras que el producto suelto sigue manteniendo un buen aspecto tras una semana de transporte. La mayor diversificación puede llevar a oportunidades para expandir el mercado. Además, la preferencia por el producto local sigue ofreciendo oportunidades, así como la demanda de productos seguros y libres de residuos. Sin embargo, los precios seguirán tambaleándose, como puede observarse fácilmente en los principales supermercados. Aunque hay suficiente suministro durante todo el año desde los Países Bajos, los principales minoristas prefieran llenar sus lineales con producto español. Entre la semana 46 y la semana 16, hay una preferencia por los tomates españoles o marroquíes. Solo Lidl prefiere actualmente proveerse todo el año de los productores neerlandeses.
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