Aunque el veto ruso a las mercancías europeas ha tenido un impacto negativo sobre muchos proveedores europeos de producto hortofrutícola fresco, Wojciech Bogdan, responsable de compras en Green Factory Bronisze, cree que también ha tenido algunos beneficios inesperados. Su compañía ha estado compensando la pérdida de las ventas rusas mejorando su programa nacional en Polonia y el resultado ha sido un mercado nacional más eficiente.
“Para que la situación no nos afectara más de lo que ya lo había hecho, hemos tenido que hacernos más eficientes en los productos que son importantes para los clientes locales polacos”, indica Bogdan. “Lo hemos llevado bien porque hemos compensado los productos que enviábamos a Rusia, como los caquis y los pepinos, aumentando las ventas de productos que son fuertes en nuestro mercado, como la lechuga, el rábano, el brócoli y los pimientos”. Aunque los beneficios en el mercado nacional no han compensado totalmente la pérdida del mercado ruso, han ayudado mucho para salvar la temporada de Green Factory y en el mercado en general ha habido ganancias.
“Creo que el veto podría ser, al final, algo saludable”, asegura Bogdan. “Todo el mundo ha tenido que aprender rápidamente. Hemos tenido que hacernos más flexible, reducir nuestro tiempo de reacción y mejorar la logística para minimizar las pérdidas. Veo que el mercado está manejándose mejor que antes”. Una de las formas en las que han sido capaces de mejorar los beneficios nacionales ha sido centrarse en lo que valoran los consumidores polacos. Los consumidores nacionales son exigentes y Bogdan explica que la única forma de sobrevivir en esto es mantener ese hecho siempre presente.
“Los requisitos se hacen cada vez más estrictos y no estoy hablando de certificaciones, porque todo el mundo sabe que todos los productos europeos cumplen los estándares legales”, explica Bogdan. “Es más el valor comercial. La lechuga, por ejemplo, tiene que tener un aspecto excelente, casi como si fuera de plástico, sin manchas ni colores indeseados. Esto es lo que prima en el mercado, así que el producto que vendes tiene que ser o muy bueno o muy barato, no hay nada intermedio”. Los consumidores polacos también son muy fieles a las marcas, por lo que cambiar de proveedor a mitad de temporada ni se plantea. Por esto, Green Factory hace todo lo posible para encontrar la calidad en su temporada de producción nacional y en la temporada de importación invernal, cuando buscan productos sobre todo en España e Italia.
“Nuestros envíos a Ucrania han bajado un 70% este año porque la economía y la tasa de cambio han hecho que la situación sea prácticamente insoportable para muchos de nuestros clientes ucranianos”, explica Bogdan. “Compensamos una parte considerable de esa pérdida derivando el volumen hacia Bielorrusia, pero la situación ucraniana ha sido una gran pérdida para toda la economía polaca. Por esa razón nos seguiremos centrando en la calidad, las mejoras continuas en las condiciones de almacenamiento, la eficiencia de la logística, la presentación del producto y todo lo que nos ayude a impulsar las ventas”.
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Green Factory Poland - Bronisze