Los productores de bananas de Queensland vuelven al negocio
Las plantaciones, en el extremo norte de Queensland, en Tully y Mareeba, se clausuraron a principios de año después de que se detectara el mal de Panamá, que se transmite a través del suelo. Esta es la misma enfermedad que destruyó la industria de la banana del Territorio del Norte en los 90.
Tras semanas de pruebas y la creación de unos fuertes planes de gestión de bioseguridad, ambas plantaciones han recibido luz verde para empezar a recolectar de nuevo, aunque bajo estrictos protocolos provisionales. Se enfrenta a una multa de alrededor de 1 millón de dólares si incumplen los protocolos acordados.
El Gobierno de Queensland ha gastado hasta ahora más de 2 millones en respuesta al brote, incluidos los 300.000 dólares para hacer llegar a la zona dos expertos internacionales en la enfermedad.
El Gobierno ha anunciado que también ha destinado una financiación de 130.000 dólares adicionales para que el Centro de Apoyo de Tully asesore a las comunidades agrícolas afectadas por el brote.
El Panamá TR4 es uno de los tres riesgos para la bioseguridad que amenazan Queensland. Las hormigas de fuego también suponen un riesgo para el importante productor de alimentos de Lockyer Valley y una plantación de sandías cerca de Townsville ha entrado en cuarentena tras detectar el virus del mosaico verde jaspeado del pepino